Los efectos sobre la salud son devastadores e irreversibles. Pérdida de memoria, dificultad para el aprendizaje, aparición de cuadros esquizofrénicos o depresión. El cannabis es la sustancia adictiva ilegal más común en España y dos de cada tres jóvenes en edad escolar la consumen.
Estas cifras fueron facilitadas ayer por una de las doctoras de la Unidad de Drogodependencias y Adicciones de Córdoba, Leticia Manchado, que ayer participó en el curso «Conductas adictivas y salud. Posibles alternativas de intervención», que forma parte de los cursos de la Universidad de Verano Corduba 07.
Manchado alertó, además, del peligroso descenso de la edad de inicio en el consumo de drogas, que en el caso del hachís se sitúa en los 12 ó 13 años. «Es una sustancia que los jóvenes no consideran peligrosa. No está mal vista y por eso se acercan a ella con más frecuencia que a otras». A pesar de ello, Moyano reconoció que en los últimos años se está produciendo un cambio de actitud con respecto a esta sustancia.
La doctora también criticó la promoción del consumo de esta sustancia que hacen determinadas asociaciones «que le atribuyen efectos terapéuticos. Si es eficaz, debe ser administrada de manera controlada y no animar a que se utilice de manera ilegal, fumándola o tomándola de otras formas».
Cocaína
En el curso se trató también el consumo de la cocaína que, según la doctora Manchado, tiene como principales consecuencias las depresiones, la aparición de ideas paranoides y un sinfín de patologías que hacen de su tratamiento de deshabituación uno de los más complicados «y puede durar años porque la adicción tiene un componente psicológico mayor que en caso del cannabis».
En los últimos años, señaló la doctora, se ha vivido un aumento del consumo de cocaína «sobre todo por la situación geográfica en la que nos encontramos. Esta sustancia entra por todas partes y hay grandes cantidades en la calle».
Drogas legales
A pesar de este incremento, que llevó aparejado un descenso de la heroína, al parecer en los últimos dos o tres años, se está registrando de nuevo un aumento de esta última sustancia opiácea, que en los últimos tiempos había caído en desuso.El perfil del consumidor de cocaína es diferente al del de cannabis y se observan en él dos grupos, explicó Manchado.
En primer lugar, estarían los jóvenes de alrededor de 17 años que comienzan a consumir esta sustancia. Luego, estaría el grupo de personas que rondan los 30 o los 35 años, tiene un trabajo estable y una vida organizada, que llevan un tiempo consumiendo «pero ha llegado un momento que han dejado de controlar su adicción y son conscientes de ella».
Por su parte, el director del curso, Eloy Girela, afirmó que hoy en día siguen siendo las drogas legales, el alcohol y el tabaco, las que mayores estragos están causando y las que generan un mayor gasto público cuando se intenta recuperar a los adictos y, en su opinión, son el principal problema de salud pública que padece España y otros países desarrollados.
Girela también abogó por la inclusión de materias sobre adicciones y sus tratatamientos en las diversas titulaciones sanitarias que actualmente se imparten en las universidades españolas. Este seminario analizará en próximas sesiones los efectos y soluciones para los adictos a las drogas de síntesis, las nuevas tecnologías o el juego.