Ver un grupo de gente fumando fuera de un edificio de oficinas es muy habitual en la geografía española, sobre todo desde la introducción de la ley antitabaco en 2006 que prohíbe fumar en los sitios de trabajo. Pero detrás de esta imagen hay mucho más.

Cada fumador en España costaba a su empresa unos 1.500 euros al año antes de la entrada en vigor de la ley. Es uno de los principales datos de un estudio del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) -dirigido por los profesores Ángel López Nicolás y Jaime Pinilla Domínguez para demostrar que la prohibición de fumar en el puesto de trabajo aumentaría la productividad, sobre todo porque se producirían menos bajas laborales.

Ley positiva

Dos años después de la entrada en vigor de la ley, los expertos están divididos sobre cómo afecta el tabaco a la productividad de los trabajadores. Según el portavoz del CNPT, Rodrigo Córdoba, «cuando la ley se cumple, que es en la mayoría de casos, la productividad de las empresas mejora» porque los trabajadores salen menos a fumar.

Esta postura la corroboran otros estudios europeos que han demostrado que las pausas de los empleados para fumar afectaban negativamente a las empresas.

El más reciente es un estudio publicado por un grupo de investigadores italianos que asegura que estas pausas reducen un 10% la productividad laboral. Según este informe, un fumador medio consume unos cinco cigarrillos por cada nueve horas de trabajo. Si se tarda 10 minutos en fumar un cigarrillo se pierden 50 minutos al final del día. Por este motivo, hay muchos expertos que abogan por prohibir estas pausas.

Córdoba en cambio considera que «hay que dejar autonomía a las empresas para que decidan si quieren prohibirlas o no». Según el portavoz del CNPT lo mejor es que las compañías faciliten terapias para dejar de fumar. Es algo que han hecho recientemente empresas como Balay, Mapfre Asistencia, Indra o Cyclops, con «mucho éxito».

En España fuma un 27% de la población, un 10% menos después de la entrada en vigor de la ley antitabaco.

Para Córdoba es importante destacar que hay dos tipos de costes relacionados con el tabaquismo que las empresas deben afrontar.

«En primer lugar, están los costes derivados del uso del tiempo en el trabajo y de las pausas que se toman los empleados para fumar», dice. «En segundo lugar, están los costes por las bajas de los trabajadores que fuman», añade. Según un estudio reciente realizado por el Centro de Prevención de Tabaquismo sueco, los fumadores cogen un promedio de 11 días más de baja por enfermedad que los no fumadores.

Xprésate: ¿Te parece bien que la gente pare para fumar?

Franco Bruto. 18 años. Estudiante Madrid

A mí me parece que está mal que se penalice a los que fuman en el trabajo. Pienso que el tabaco relaja y ayuda a concentrarse. Lo que es necesario es que la gente se controle un poco.

Beatriz Irala. 28 años. Recursos Humanos Barcelona

Hay gente que necesita parar para fumar en sus horas de trabajo porque sino no están tranquilos. Creo que si paran cada hora no es rentable para las empresas por lo que se debería limitar el número de salidas.

Juan Carlos Rozadas. 47 años. Maestro Vigo

A mí no me parece bien que se sancione a los trabajadores que salen a fumar en su jornada laboral porque antes también se perdía tiempo fumando dentro de las empresas. Y no soy fumador, pero les respeto.

EL DATO

Un 10% es lo que se reduce la productividad laboral por las pausas de los empleados para fumar, según una investigación italiana. Se calcula que un fumador pierde una media de 50 minutos al día.