Son muchos menos casos, pero la adicción no solo viene de la mano de las drogas -legales o ilegales-. Los comportamientos compulsivos llegan a otros ámbitos y acaban trastocando igualmente la vida del que sufre la adicción. En el Centro Provincial de Drogodependencias (CPD) están tratando ya varios casos poco comunes como la adicción a las compras, al móvil o al sexo. Entre las adicciones «sin sustancia», como las denominan en el CPD, se encuentra también la ludopatía, aunque hasta esta oficina llegan menos casos por la amplia cobertura que prestan asociaciones especializadas en estos tratamientos.
Quizá uno de los casos más novedosos a los que se enfrentan en este centro es el de la adicción a las compras, que se mimetiza con la dependencia de la tarjeta de crédito. El director del CPD, Antonio Torres, explica que les han llegado pocos casos, por lo que no es posible describir un perfil en cuanto a edad, u ocupación. En la edad sí hay cierta tendencia, son mayores de cuarenta años, y sobre todo en el comportamiento. «Son personas con carencias afectivas y dificultad para relacionarse que llenan estos vacíos con las compras». Torres explica que incluso los conocen en los centros comerciales a los que acuden con excesiva frecuencia, y por supuesto, acaban teniendo graves problemas económicos.
El messenger
Otra de las visitas que más reciben es de padres preocupados porque sus hijos hacen mucho uso del messenger. Este sistema para conversar por internet también puede llegar a convertirse en una adicción, aunque Torres suele recomendar a los progenitores que no se alarmen si sus hijos mantienen sus actividades habituales -comen, duermen, etc-.
Otro sistema de comunicación que también acaba en adicción es el móvil. «Se trata de personas tímidas, con problemas para relacionarse y que acaban acudiendo al móvil compulsivamente», apuntó el director del centro, dependiente de la Diputación. Una de las consecuencias previsibles de esta dependencia es el de las enormes facturas que pueden servir para que el adicto se dé cuenta de su problema. La dependencia del sexo sería otra de estas adicciones «sin sustancia», de las que han tenido casos en el centro, aunque poco numerosos. Cerraría esta lista de adicciones «sin sustancia» la ludopatía, la adicción a todo tipo de juegos.