Integrante del grupo de intervención en drogas de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, el doctor Ignacio Ruz Franci tiene una larga experiencia en el tratamiento del alcoholismo y alerta de los riesgos de su consumo, de su aceptación social o del cada vez más temprano acceso al mismo. «El alcohol es la droga más dañina para la persona» afirma.
¿Cuáles son los principales consecuencias físicas del consumo excesivo de alcohol?
– La más conocida es la cirrosis, que consiste en una desestructuración de las células del hígado. Si se llega a desarrollar un tumor, su tasa de mortalidad es de las más elevadas y poco se puede hacer. Pero hay otras menos conocidas.
¿Cuáles son?
– Las neuropatías distales, que suponen una intensa picazón en los miembros inferiores; pancreatitis; miocardiopatía; hipertensión; impotencia sexual e incluso el cerebro -concretamente el núcleo accubens, que se relaciona con las adicciones- se ve afectado. La falta de dopamina está detrás de ello.
¿Y en el orden socio-familiar?
– También. Al alterar el comportamiento, se producen peleas, ausencias en el trabajo…, y, lo que es peor, lleva a la desestructuración familiar.
¿Existe algún trasfondo en el consumo excesivo de esta bebida?
– La cuestión psiquiátrica es muy importante. La ingesta por simple gusto es muy poco habitual y tiene muy buen pronóstico de curación. En el 75% de los casos existe una razón de orden patológico que empuja a esta adicción. El problema es que es muy difícil saber si la enfermedad causa el abuso o es el abuso el que crea la enfermedad.
¿Son ciertos los beneficios que se pregonan de una ingesta moderada?
– Más bien son razones económicas las que están detrás de esos consejos. Tomar dos o tres copitas lo desaconsejamos totalmente.
¿No es un peligro la gran aceptación social que tiene?
– El alcohol está ahí, al alcance de todos. Antiguamente se daba coñac a los niños para que entraran en calor. Al niño le gusta, se acostumbra… Hay que concienciar a los jóvenes de los peligros que tiene el alcohol.
¿Qué se podría hacer?
– Informar. Muchos pacientes pasan por mi consulta y me dicen: «si yo hubiera sabido dónde me llevaría el alcohol, si yo hubiera conocido…» Un 20 ó 30% empiezan con el botellón y terminan con una adicción.
¿Es frecuente el consumo de alcohol con otras drogas?
– Sí. Antes era muy habitual con la heroína, pero ahora está más presente la cocaína. Eso empeora el estado físico del paciente, porque puede desarrollar una hepatitis C que fácilmente deriva en cirrosis. La mezcla con tranquilizantes (benzodiacepinas…) es muy peligrosa porque potencia su efecto.