Curiosidad. Así se inician muchos jóvenes en el mundo de las drogas. Comienzan probando y, en muchos casos, les gustan sus efectos y terminan dependiendo de ellas. Cocaína, alcohol, tabaco, heroína, cannabis, opiáceos… sustancias adictivas con consecuencias negativas, sobretodo en la salud.
Los datos de conductas asociadas al consumo de estos estupefacientes no dejan de aumentar. De hecho, el número de consumidores de drogas en tratamiento por su adicción se ha incrementado en los últimos años en Europa. Los expertos, reunidos en el encuentro La normalización de los pacientes drogodependientes, el reto del siglo XXI, organizado por Socidrogalcohol y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), estiman que el problema no va a desaparecer en los próximos años ya que cerca del 40% de los escolares españoles han realizado un consumo ilícito de cualquier droga a lo largo de su vida.
En España, son más de 80.000 las personas que reciben tratamiento debido a su adicción a los opiáceos -sustancias que actúan sobre el organismo de manera semejante a la morfina-, principalmente la heroína. Cada año se producen en Europa más de 7.500 muertes por intoxicación aguda y, en siete de cada diez casos, la causa es atribuible a los opiáceos. Ante esta elevada cifra de fallecimientos los expertos consideran que el tratamiento a esta enfermedad es imprescindible.
La adicción a opiáceos es una drogodependencia, y como tal es una enfermedad crónica que altera de forma global la salud del paciente, afectando a su condición física, a su salud psicológica y a su relación con los demás.
En la actualidad, la heroína es la responsable de siete de cada diez casos de las muertes inducidas por las drogas y el motivo por el que el 60% de los drogodependientes inician un tratamiento de desintoxicación. Asimismo, el Informe 2008 del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías revela que el consumo de esta sustancia adictiva parece haber comenzado a ascender ligeramente después de muchos años de descenso. Este informe destaca además que ha aumentado el número de muertes inducidas por la heroína y las solicitudes de tratamiento por su causa en la UE, al mismo tiempo que se percibe un aumento de la disponibilidad de esta droga en el mercado.
«Los pacientes adictos, especialmente los más graves, padecen no sólo la consecuencia del proceso adictivo, sino también un trato diferente que constituye un verdadero estigma para ellos», asegura el profesor Julio Bobes, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo y presidente de Socidrogalcohol. A modo de ejemplo, Bobes apunta, que todavía quedan reminiscencias del perfil tradicional socialmente extendido de los llamados yonkis de la década de los 80.
Para facilitar la normalización e integración social del paciente adicto, el profesor Bobes considera que se debe hacer frente a «dos quiebras importantes en el sistema que deben ser modificadas». Una de ellas es que la asistencia en el ámbito de las adicciones debe estar siempre integrada en el área de Salud Mental, ya que en la actualidad -señala- «se trata al paciente en los centros de atención al drogodependiente, centro especiales no convencionales». El otro cambio radica, según destaca el presidente de Socidrogalcohol, en que «las novedades terapéuticas deben estar disponibles y ser facilitadas por la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud».
En las áreas de tabaquismo y adicción a la heroína, es donde se sufre de manera especial la falta de equidad en el acceso a los tratamientos, explica este experto. En estos ámbitos, asegura «es necesario garantizar dicho acceso cuando los tratamientos están debidamente aprobados por las autoridades que regulan la aparición de nuevos fármacos». De acuerdo con Bobes, «esta situación de inequidad teóricamente pone en peligro la Ley de Cohesión y Calidad del sistema sanitario, que está vigente desde 2003 y que reconoce la igualdad y el derecho de acceso de todos los ciudadanos españoles a la salud y a la atención a las enfermedades». En su opinión, esta desigualdad no sólo afecta a los pacientes adictos, sino también a todo su ámbito familiar.
Otro dato preocupante es la tendencia progresiva al policonsumo de drogas. En este sentido, los expertos han detectado una especial incidencia en los pacientes sujetos a tratamiento de deshabituación con metadona. Según Socidrogalcohol, la experiencia clínica dice que más del 60% de los pacientes en tratamiento con metadona consume regularmente otras drogas, principalmente cannabis, benzodiacepinas, alcohol y cocaína.
Esta situación exige «perfeccionar el abordaje clínico al paciente adicto y hacerlo cada vez más accesible», concluye Bobes.