Alrededor de 20.000 onubenses están afectados actualmente por la ludopatía, según los estudios que manejan las asociaciones de jugadores rehabilitados de la provincia, que hoy conmemoran el Día Sin Juegos de Azar.
Con motivo de esta celebración, el Ayuntamiento de Huelva y la Asociación Onubense de Jugadores de Azar en Rehabilitación, Aonujer, organizaron una charla informativa sobre la mujer jugadora. Con el titulo Adiciones sin sustancias: Ludopatía y la Mujer, la psicóloga Lola Gómez y la trabajadora social Noemí Agudo abordaron un «problema creciente en la sociedad», agravado por la crisis económica actual, en el que las mujeres pasan a ser protagonistas, porque a diferencia de los hombres -según explicaron-, las ludópatas tienen motivaciones centradas en su estado de ánimo, niegan su dependencia con más ahínco y son más reacias a buscar ayuda terapéutica.
El Ayuntamiento de Huelva aprovecha la celebración de este aniversario para agradecer a la asociación la labor que realizan en la ciudad, atendiendo a «unos enfermos que sin su apoyo quedarían aislados y sin cobertura». Aonujer está trabajando para conseguir el reconocimiento oficial como Centro de Tratamiento Ambulatorio para Jugadores Patológicos. Un reconocimiento que sólo requiere el carácter oficial, porque para los onubenses, la trayectoria de Aonujer es un hecho probado.
En Huelva, Aonujer se creó hace 18 años, sin ánimo de lucro, por personas afectadas por problemas psicológicos, sociales y familiares derivados de su adicción a los juegos de azar. Con los años, cuentan con una importante infraestructura y con un equipo formado por psicólogos, trabajadores sociales, abogados y numerosos enfermos rehabilitados convertidos en monitores de auto ayuda.
El objetivo principal de Aonujer es el tratamiento a personas afectadas por esta enfermedad, pero además su trabajo se centra en la prevención, apostando por la información y la formación. En estos 18 años, más de 5.000 onubenses han conseguido escapar de la ludopatía. Un tratamiento centrado en la ayuda mutua y las terapias de autoayuda puesto en marcha por un equipo formado por psicólogos, trabajadores sociales, médicos, abogados y más de una veintena de monitores voluntarios formados por la propia asociación que trabajan de manera altruista para «liberar a compañeros del horror» en el que un día ellos mismos se vieron atrapados.