El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, propondrá en la VI Cumbre de las Américas el inicio de un debate sobre la posibilidad de dar un viraje en las políticas antidrogas prohibicionistas. Santos reconoce que ha puesto el tema sobre la mesa porque es el gobernante de un país que ha pagado con creces las consecuencias del narcotráfico, pero aclaró que no será vocero de ninguna causa.
La administración estadounidense, a través del portavoz del Departamento de Estado Mike Hammer, admitió estar dispuesta a conversar sobre el tema en la cumbre, que se realizará en Cartagena el 14 y 15 de abril, aunque adelantó que su posición es negativa ante la posibilidad de que las drogas sean despenalizadas.
«Hay países que están siendo consumidos por los carteles, el crimen organizado y el narcotráfico. Por eso, Colombia, y yo personalmente, proponemos que se hable del asunto porque si hay un país que ha sufrido el flagelo del narcotráfico y ha puesto más sangre que cualquier otro ha sido el nuestro», dijo Santos a la cadena radial La W.
En noviembre de 2011, el presidente colombiano abrió el debate al declarar al periódico británico The Guardian que «si en la discusión surge la propuesta de legalizar la marihuana y la cocaína, estaría de acuerdo». Pero no se comprometió en defender esa posición. Pese a la cautela, Santos es el primer mandatario en ejercicio que se atrevió a introducir el tema de la legalización de las drogas en el debate público. Y enseguida recibió el espaldarazo de sus homólogos de Guatemala, Otto Pérez Molina, y de Honduras, Porfirio Lobo. El jefe de Estado de El Salvador, Mauricio Funes, también se había manifestado a favor, pero cambió de posición una vez que recibió la visita de la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano.
Los malos ganan. Alejandro Gaviria, decano de Economía de la Universidad de Los Andes de Colombia, considera que hablar de legalización es odioso, «porque la gente piensa que esa decisión implica que cualquiera podrá inyectarse heroína en cualquier esquina, cuando eso no es lo que se pretende». Afirma que lo que se quiere es promover una regulación distinta, porque está demostrado que la batalla la está ganando el bando contrario.
«Colombia tiene la moral y la experiencia para liderar esta convocatoria porque hemos sufrido suficiente como para levantar la mano y pedir el consenso de la comunidad internacional para dar un viraje.
Se dice que México, Guatemala y Honduras se están colombianizando, entonces yo prefiero decir que el problema se ha latinoamericanizado, y por eso la solución debe hallarse y aplicarse entre todos», afirma Gaviria.
El ministro del Interior de Colombia, Germán Vargas Lleras, ha insistido en que una política diferente ante las drogas no será implantada por ese país de manera individual. La única forma de que se adopte un cambio radical es que se trate de una decisión de carácter mundial. «No se va a tomar ninguna acción que debilite el esfuerzo que hace la fuerza pública para desvertebrar los carteles de la droga», sentenció Vargas esta semana.
«Hay un mito con respecto al beneficio económico del narcotráfico en Colombia. La incidencia de este negocio ilegal en las cifras macroeconómicas es mucho menor de lo que la gente cree. La actividad económica asociada a la droga no supera 3% ó 4% del PIB, mientras que los costos de la lucha antidrogas son muy altos», precisa el académico Gaviria.
Con esta opinión coincide Álvaro Camacho, coautor del libro Políticas Antidrogas en Colombia. Éxitos, fracasos y extravíos. Año 2011, quien detalla que «el narcotráfico ha invadido vastos campos de la sociedad colombiana y esto, junto con la actividad guerrillera con la cual también se vincula- ha incidido en la moral, en el notable incremento de los homicidios, en los desajustes de la justicia y en la inestabilidad institucional del país».
«No más Plan Colombia. Estamos agradecidos por la ayuda económica que nos ha brindado para la lucha antidroga, porque también ha servido para combatir a las FARC. Pero los tiempos han cambiado y necesitamos priorizar nuestras necesidades. Hay que estar claro en que si uno pide plata debe regirse por lo que pide el financista y ya está bueno», apunta Gaviria, sin vacilar.
Juan Manuel Corzo, presidente del Senado, dice que a Colombia la dejaron sola y que la discusión debe llevarse al escenario internacional. Critica que Estados Unidos haya anunciado a principios de 2012 una reducción de 15% en la ayuda que ofrece a través del Plan Colombia, y sugiere que a los consumidores empiece a tratárseles como enfermos, de tal manera que las políticas sanitarias trabajen con ese criterio.
Queda en manos de los 34 mandatarios que asistirán a la cumbre en Cartagena decidir si vale la pena evaluar lo que se ha hecho hasta ahora para combatir el narcotráfico y si es factible empezar a trabajar, en conjunto, en función de nuevas reglas para esta guerra.