Muchos españoles aprovechan el confinamiento para tomar «una copita» cada día. Este comportamiento puede acabar en adicción para algunas personas

Cuando no hay otro estímulo ni tenemos contacto social, tendemos a tomar una copita para animarnos. Muchos intentamos superar el confinamiento con unas copitas, cervecitas, comida y cualquier cosa que nos dé esa paz de haber conseguido una recompensa. Algunos medios apuntan a que se han incrementado las ventas de bebidas alcohólicas mientras retroceden las de papel higiénico.

Estar animados y motivados no viene nada mal para la pandemia que vivimos. En nuestro cerebro hay un sistema muy conservado (que compartimos con otros vertebrados) que regula los comportamientos motivados para la obtención de los refuerzos. Es el «sistema mesocorticolímbico», formado por núcleos cerebrales entre los que encontramos el «área tegmental ventral», compuesta por «neuronas dopaminérgicas».

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