Mientras una buena parte de los sectores económicos ha sufrido y sigue sufriendo los devastadores efectos de la pandemia, el tráfico de drogas no solo ha resistido perfectamente la crisis sanitaria sino que se ha visto reforzado y presenta una gran perspectiva de crecimiento. Hay más droga en el mercado que nunca y, a consecuencia del impacto del coronavirus en la salud mental y financiera de la población, la cifra de consumidores potenciales se dispara. “Estamos ante una posible tormenta perfecta”, alerta Alexis Goosdeel, director del último Informe Europeo sobre Drogas, presentado ayer en Lisboa.
En cierta medida, también los camellos se pasaron al teletrabajo en el periodo de confinamiento y durante las grandes restricciones de la movilidad. Los traficantes encontraron la manera de seguir vendiendo a través de mensajes encriptados con los consumidores, de los pagos electrónicos y del intercambio de coordenadas para depositar la droga en los lugares convenidos o de las entregas a domicilio.
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