Los menores que consuman alcohol en la calle y que reciban una multa podrán sustituir estas sanciones económicas por trabajos para la comunidad o por cursos psicoeducativos. La Dirección General de Drogodependencias impulsará en Alicante este paquete de nuevas medidas en el plazo de un mes, pero su aplicación dependerá de los ayuntamientos.

Es la política social que intentan extender las administraciones: sustituir la sanción económica por trabajos a la comunidad o por cursos educativos cuando un menor recibe una condena por una infracción considerada leve.

Ahora, la Conselleria de Bienestar Social, a través de la Dirección General de Drogodependencias, va a poner en marcha una serie de medidas basadas en esta prevención. Los menores «pillados», por ejemplo, en un «botellón» podrán acogerse a dos vías: realizar trabajos sociales o someterse a una formación psicoeducativa.

Según comentó ayer el director general de Drogodependencias, Bartolomé Pérez Gálvez, estas posibilidades están contempladas en la reforma sobre la ley de drogas de 2002, donde se señala que en el caso de los menores que consuman alcohol en la calle la falta se podrá modificar.

Así, desde la Conselleria de Bienestar Social ya se han editado unas guías que se distribuirán por la Comunidad para la formación de los cursos. Y las unidades de prevención comunitaria, que se elevan a sesenta, serán los foros donde se acometerán estos talleres, que podrán iniciarse en el plazo aproximado de un mes.

Sin embargo, en la normativa autonómica también se especifica que el poder sancionador dependerá de los ayuntamientos. Hasta el momento, los consistorios se han encargado tanto de la vigilancia y el control del consumo de bebidas alcóholicas por parte de los jóvenes en las calles, así como del establecimiento de las multas.