La coordinadora de Salud Mental del Sespa, Pilar Saiz, anunció ayer, en la presentación de la XVIII Jornada Municipal sobre Drogas, que se celebró en Gijón, que el Principado prepara un programa piloto para ayudar a quienes quieren dejar de fumar a través de la atención que prestan los centros de Salud Mental.

Saiz indicó que, cuando se habla de drogodependencias, «no hay que olvidar el tabaquismo», ya que, aunque el tabaco es una sustancia legal, provoca un alto índice de mortandad y no está incluido actualmente en el servicio de Salud Mental.
Asturias aspira a ser «región sin humo», dijo Pilar Saiz, y el tabaquismo será tratado en unas jornadas específicas la próxima semana, en Oviedo.

En el mismo contexto, la coordinadora de Salud Mental se refirió al objetivo principal de la jornada de ayer, que fue el cambio acontecido en el tratamiento de las drogodependencias durante los últimos años. Aseguró que las toxicomanías estuvieron consideradas patologías «de segunda categoría» incluso por los psiquiatras, cuando, en realidad son problemas «de primera división»y «se ha conseguido integrar la atención a esos pacientes en los mismos lugares que a otros con problemas de salud mental». Otro cambio «importante» constatado por Saiz es la preocupación por el «efecto directo de las drogas en otros miembros de la familia, especialmente en el caso de los hijos de drogodependientes, que son una población de riesgo».

186 expertos y 3,400 inscritos

Anfitriona en el debate de ayer, como responsable de los Servicios Sociales de Gijón, la concejala Eva Illán declaró que «estamos en ello» al ser preguntada por el estado de tramitación del Plan Municipal de Drogas, una de las exigencias del PP para pactar los presupuestos gijoneses y motivo reciente de queja por incumplimiento en boca del concejal Eduardo Junquera.

Illán rechazó dar plazos, pero explicó que la función de ese plan es «ordenar lo que se está desarrollando, que es mucho» y dio prioridad a mantener las políticas preventivas, al apoyo a las asociaciones que luchan contra las drogodependencias y, en definitiva, a disponer de medidas eficaces, más que a la catalogación de las mismas. Por eso, dijo Illán, «lo importante es que lo que se haga, que se haga bien», más que fijar fechas.

Más específicamente sobre la jornada de ayer, Eva Illán citó que a lo largo de las 17 ediciones anteriores pasaron por las mismas 186 expertos y 3.400 inscritos, «que son números significativos».

Sobre el dato de que las drogodependencias pasaron de ser uno de los tres problemas que más preocupaban a los españoles a situarse en el puesto 22 de un total de 30, la responsable municipal de Servicios Sociales dijo que los efectos de la heroína fueron «muy visuales» y la delincuencia asociada provocó alarma social. Ahora las sustancias más consumidas son otras y la percepción del problema, también, pero «no hay que bajar la guardia» porque las drogodependencias son «muy democráticas» y afectan a todas las edades y clases.