Un 15% de la población aragonesa en edad laboral tiene problemas con el juego, según la Asociación de Aragoneses de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Azajer). Uno de los porcentajes más altos del mundo y que, según este colectivo, todavía se incrementaría más con la instalación de Gran Scala.

El índice de ludopatía en Aragón “no sólo es muy superior al del resto de Comunidades españolas, sino que también lo es en comparación con el de Nueva York e incluso Las Vegas”, ha señalado el director terapéutico de Azajer, José Vicente Marín.

“El primer elemento adictógeno son la máquinas tragaperras, de las que se estima que en Gran Scala habrá 50.000”, ha explicado Vicente Marín. Por esa razón, desde Azajer se considera que este macrocomplejo “agravará aún más la situación”. Además, Marín ha alertado del tipo de máquina que se instalará allí, “mucho más adictivas”.

Azajer también ha señalado que se opone a Gran Scala porque supone un incumplimiento de la Ley del Juego en vigor. “Solo puede haber un casino permanente en cada Provincia, y en este proyecto se quieren instalar 32”, ha destacado Vicente Marín. También han señalado la imposibilidad de realizar publicidad según la normativa aragonesa, un aspecto que difícilmente se cumplirá con el macroproyecto.

La presidenta de Azajer, Esther Aguado, ha reclamado que la ludopatía “cobre importancia en el debate de la instalación o no de Gran Scala, porque es el juego el verdadero motor de este proyecto”, y sus consecuencias supondrán unos “costes sociales mucho mayores que los beneficios económicos”.

Desde Azajer también se quiere alertar de los posibles riesgos derivados de la instalación de Gran Scala. “Los problemas con el juego van generalmente asociados a la venta de drogas para poder seguir jugando, y al consumo de alcohol”, ha explicado Aguado. Otros efectos negativos asociados son, según Vicente Marín, las mafias, la prostitución o las deudas de juego.

Esta asociación denuncia también que el modelo que se quiere imponer en Gran Scala es “el peor de los posibles”. “El hotel casino impide tener en vigor diversos reglamentos y medidas preventivas como la autoexclusión, control de acceso, y entrada de menores. Además, posibilita su funcionamiento durante las 24 horas”, ha señalado Vicente Marín.

“En el caso de que tengamos que aceptar la instalación de Gran Scala lo menos malo sería que se hiciera según el modelo que establece la separación entre hoteles y casinos”, ha explicado Vicente Marín.