Los efectos perjudiciales del tabaco sobre la salud en general y en la mujer en particular son muy conocidos, pero los datos demuestran que la tasa de fumadoras no decrece y su fertilidad se está viendo afectada, lo que ha llevado al Instituto Balear de lnfertilidad (IBI) a realizar un estudio entre sus pacientes, que muestra la relación entre ambos factores.
El estudio “Tabaco e infertilidad:¿Estamos haciendo algo?” ha sido realizado a través del director médico del IBI, Javier Marqueta, y del equipo de enfermería, liderado por Susana Martín, y se presentará en el próximo congreso nacional que la Sociedad Española de Fertilidad va a realizar del 28 al 30 de mayo, en Oviedo.
Y es que sus resultados no parecen dejar lugar a dudas, dado que demuestran que el 35,6% de las pacientes que consultan por esterilidad, con una edad media de 35,2 años, están expuestas a los efectos perjudiciales del tabaco y de ellas el 21,7% son fumadoras activas diarias, mientras que 13,9 por ciento son fumadoras pasivas en su hogar. Por lo tanto, una de cada tres mujeres estériles sigue bajo los efectos del tabaco y la duración media de su hábito es de 12,8 años.
Igualmente, a pesar de que el 95% de las pacientes manifieste conocer los riesgos del tabaco sobre la salud y el 66% asegure tener conocimiento de los riesgos específicos sobre la reproducción, el 81% de las fumadoras tiene deseos de dejar de fumar y el 62,5% considera necesaria más ayuda para dejar el hábito.
“Que la mayoría de las pacientes tengan deseos de dejar de fumar es un dato revelador que obliga a los centros de reproducción asistida a que nos impliquemos y nos obliguemos a actuar con programas activos de información y tratamiento para las parejas fumadoras”, explica Susana Martín.
Por su parte, el director médico del IBI, Javier Marqueta, confirma que el tabaco tiene importantes efectos nocivos sobre la reproducción natural y asistida pero “sus efectos son reversibles con el cese del hábito y su abandono puede mejorar de forma notable los resultados de los tratamientos de fertilización in vitro (FIV), reduce los riesgos, disminuye los costes de los tratamientos y favorece un embarazo saludable”.
HABITOS SOCIALES
En la actualidad, los cambios en los hábitos sociales están propiciando que la mujer retrase cada vez más la maternidad y “el tabaco disminuye las opciones y adelanta la menopausia entre dos y cuatros años. Por lo tanto, la mujer fumadora reduce aproximadamente diez años su edad fértil”, según confirma el director médico del IBI.
Esta situación ha motivado que el Instituto Balear de la Infertilidad decida poner en marcha un proyecto pionero en Palma, con el fin de que todas las mujeres que acudan a su clínica tengan un programa de ayuda personalizado para ayudar a deshabituarse del tabaco a través de información verbal, escrita y con consejos individualizados, coordinado por el equipo de enfermería.
Según el doctor Marqueta “la mujer se muestra más sensible a dejar el hábito durante esta etapa por lo que nuestro objetivo es prestarles ayuda en cuanto decidan que quieren tener un hijo. De está forma habrá más posibilidades de conseguir un embarazo”.
EFECTOS ADVERSOS
Los efectos adversos del tabaco se han descrito sobre los ovarios, ovocitos y el aparato genital. Produce una disminución natural de la fertilidad de la mujer (10-20%) que aumenta el tiempo necesario para obtener un embarazo. El porcentaje de mujeres que tardaron más de 12 meses en lograr un embarazo fue el 54% mayor en las fumadoras.
Igualmente, provoca la disminución en la vida fértil de las mujeres porque adelanta la menopausia, aumenta el número de abortos y causa una mayor incidencia de esterilidad, de hecho, se postula que hasta un 13% de la esterilidad femenina podría ser consecuencia del tabaco.
Las mujeres fumadoras necesitan mayores dosis de medicamentos para los tratamientos de reproducción asistida. Además, su consumo conlleva una menor tasa de fertilización y de implantación embrionaria en los tratamientos de FIV y una disminución en el número de embarazos en FIV. Incluso, “pueden llegar a necesitar el doble de ciclos que las no fumadoras”, asegura el doctor Marqueta.
“El problema del tabaco también es cosa de hombres porque les afecta a la impotencia y a la disminución de la calidad del semen. Algunos estudios apuntan a que los varones nacidos de madres fumadores tienen los recuentos espermáticos más bajos y presentan más riesgo de ser infértiles por afectación genética”, según el director médico del IBI.
El Instituto Balear de Infertilidad (IBI) nació en 1996, en Palma, con el objetivo de ofrecer a las parejas de las Islas con dificultades para tener hijos un servicio médico especializado y un tratamiento personalizado. Desde entonces, más de 3.000 parejas han sido atendidas en el centro, con una tasa global de embarazo de un 35%. El Intituto está formado por un equipo de 30 profesionales (médicos, biólogos, técnicos de laboratorio, enfermeras y auxiliares), que ofrecen tratamientos de reproducción asistida y servicios integrales de atención médica a la mujer, desde la pubertad hasta la menopausia.