Barcelona es la ciudad española en la que hay más consumidores de heroína por vía inyectada, una situación que viene marcada por las características del mercado ya que la heroína que circula por la capital catalana es blanca, una modalidad que difícilmente se puede fumar, pero que es muy fácil de diluir.
La Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) ha mostrado hoy su «preocupación» por estos datos, que se desprenden de un estudio nacional elaborado sobre un millar de consumidores de Barcelona, Madrid y Sevilla para conocer los hábitos de consumo de heroína en estas ciudades.
El estudio, según ha informado hoy la ASPB, revela que en la Ciudad Condal la mayoría de heroinómanos inicia su consumo con 18 años, un 46,6% por vía inhalada y un 39,7% por vía fumada, aunque un 54% de los encuestados reconoce haber cambiado alguna vez de vía habitual de uso de la heroína.
La mayoría de drogadictos tardan menos de seis meses en pasar del primer consumo al uso semanal. En el 75% de los casos, además, la heroína utilizada es blanca, un tipo de droga que invita a consumirse inyectada por su facilidad de disolución.
Como dato significativo, el estudio también detecta que en el último año el uso del tabaco y la cocaína es casi universal en los usuarios de heroína, si bien también destaca el consumo de otras drogas, como éxtasis, anfetaminas, hiposedantes, cannabis o LSD.
El estudio también facilita un perfil del consumidor de heroína en Barcelona, que responde al de un hombre (69%), menor de 25 años (53,3%), con un nivel de estudios superior a los consumidores de otras ciudades (un 63% tiene estudios secundarios), que trabaja (33,4%) y que vive mayoritariamente en la residencia familiar (53%).
La doctora Teresa Brugal, del Servicio de Prevención y atención a las Dependencias de la ASPB y coautora del estudio, considera que el hecho de que el joven consumidor de heroína disponga de un nivel de formación mayor y de un apoyo social estable facilita la intervención desde los servicios de atención sociosanitaria de la ciudad, que actúan para evitar que este consumidor acabe en los siguientes años teniendo un mayor consumo y con una vida marginal.