Las líneas maestras que guiarán el modo de abordar de forma integral el fenómeno de las drogas en Euskadi en el próximo lustro vienen contempladas en el V Plan de Drogodependencias, un texto aprobado por el Consejo de Gobierno esta semana. La directora de Drogodependencias del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco, Belén Bilbao, subraya la importancia que siguen concediendo a la prevención en el ámbito escolar y hace un llamamiento a la «alianza entre padres y profesores».

– Resuma el objetivo principal marcado por el V Plan de Drogodependencias.

– Reducir los consumos problemáticos de drogas con dos vertientes muy claras: frenar la mortalidad y las enfermedades derivadas de este consumo, y por otra parte, reducir el recurso a las drogas en menores.

– La ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, advertía hace dos meses sobre el riesgo de perder la batalla contra las drogas, ante el significativo aumento en el consumo de cocaína, cannabis y éxtasis, que nos coloca en los primeros puestos de la UE. ¿Tiene esa sensación?

– No, en absoluto. Es un problema de objetivos y de comprobar a qué aspectos damos importancia. Los consumos están aumentando, pero fundamentalmente en relación a aquellos experimentales y recreativos, lo que es cierto que puede conllevar problemas asociados, como accidentes de tráfico o intoxicaciones agudas. Pero no hay que olvidar que las tasas de mortalidad disminuyen en la CAV desde hace años.

– Disminuye la mortalidad pero los chavales toman contacto con la cocaína, el cannabis y el alcohol a edades cada vez más tempranas.

– Sí, es así, y es un tema muy importante. Experimentan con las drogas de una manera cada vez más precoz, y representa un factor de riesgo. Pero hay que distinguir los ámbitos de consumo y los momentos en los que es perjudicial. Fumar canutos en horario de clase puede ser un problema, pero igual no lo es tanto que te fumes uno en una fiesta. De la misma que no es lo mismo meterse una raya de cocaína que fumarse un porro o tomarse un zurito.

– ¿Se tiende a contemplar las diferentes drogas desde una perspectiva demasiado global?

– Es que no se pueden mezclar los diferentes consumos. Es decir, por un lado están los consumos intravenosos -heroína y cocaína- y otros, como pueden ser los recreativos. Son problemáticas muy diferentes, y mezclar las dos cosas, además de inseguridad, crea una falsa imagen que lleva a pensar que se pasa del canuto al consumo intravenoso, lo que no es cierto. La teoría de la escalada está puesta en cuestión desde hace mucho tiempo. Un joven que fume porros no implica necesariamente que se vaya a pasar a otras drogas de mayor intensidad. Eso no es así, son poblaciones estancas.

– ¿Cómo explica el paulatino descenso de la edad de inicio en el consumo de ciertas drogas?

– El alcohol y el cannabis forman parte de la cultura juvenil y de grupo, de ahí que intervengan en el proceso de maduración y de toma de contacto con la realidad que viven.

– Haga una pequeña radiografía del consumo de drogas en Euskadi.

– Las tasas de consumo más altas se dan entre los 20 y 24 años para todas las drogas. La edad de inicio de experimentación y de consumos recreativos está bajando, entre los 15 y 19 años, y las drogas más consumidas siguen siendo el alcohol, el tabaco y el cannabis, seguidas muy de lejos por las anfetaminas y la cocaína.

– En la investigación Los escolares y las drogas desde la perspectiva del profesor: ¿qué opinan los docentes vascos?, realizada por el Instituto Deusto de Drogodependencias, se recalca que es necesaria una labor de prevención a edades más tempranas. ¿Qué medidas contemplan para los próximos cinco años?

– Siempre hemos tenido como prioridad el ámbito escolar, y en este plan también va a ser así. A veces los profesores se encuentran con que no tienen el suficiente apoyo para intervenir. Lo que pretende el plan es darles ese apoyo, una formación y los materiales que puedan necesitar.

– ¿La formación del profesorado en materia de Drogodependencias es una asignatura pendiente?

– Pienso que sí, y a lo largo de estos cinco años pretendemos profundizar mucho en ese sentido. Pero los profesores, de alguna manera, lo que necesitan es encontrar a los padres como aliados en ese trabajo para que entre todos se pueda desarrollar el trabajo de un modo más eficaz. Hay que abordar esta cuestión desde una perspectiva inclusiva, de integración, y por eso hace falta aliarse con los padres, evitando así problemas de futuro.

– Se trata de algo más que controlar la paga de los hijos…

– Se trata de que la sociedad en general forme individuos adultos y responsables.

– ¿En qué se va a materializar el plan de prevención del botellón que en un plazo de tres meses elaborará el Departamento de Asuntos Sociales?

– La base de ese plan pasa por aglutinar a todos los agentes sociales implicados en el manejo del problema. Hay que buscar soluciones, pero consensuadas. Los municipios tienen sus propias ordenanzas y hay que aplicarlas. Se trata de reunir a padres, profesores, hosteleros, policía, comercios, agentes sociales y sanitarios para que se defina el problema en cada lugar y ver cuáles son esas soluciones.

– ¿Todo eso cómo se canaliza?

– Pues reuniendo a todos los agentes sociales. Esto no es una entelequia. Hace falta sentarnos y ver qué soluciones le vamos a dar.

– ¿Qué resultados ha arrojado el plan desarrollado para frenar el botellón en Elgoibar?

– Los resultados son buenos y se está estudiando cuáles son las necesidades de los jóvenes para abordar globalmente el ocio juvenil.

– El tráfico de drogas mueve en España cada año más de 7.300 millones. El plan presentado contempla también líneas de actuación para reducir la oferta mediante el control de ese tráfico. ¿Cómo?

– Las líneas del control del tráfico de drogas, de la publicidad y dispensación de alcohol son medidas dadas por la legislación estatal e internacional. Se aplican de manera rigurosa, pero tienen sus limitaciones. El estado español es una zona estratégica, la droga entra por todos los lados y de todas las maneras.

Exclusión social de medio millar de toxicómanos

Medio millar de toxicómanos en el País Vasco -mujeres, menores e inmigrantes, en muchos casos- presentan además de un consumo abusivo y habitual de drogas, patologías mentales e infecciosas y se encuentran en situación de exclusión social. La directora de Drogodependencias del Gobierno Vasco asume que se trata de uno de los problemas más acuciantes ya que «la mayor parte de toxicómanos que vive en alta exclusión tiene además patologías físicas y mentales asociadas». Según Bilbao, es una situación que crea «problemas muy serios de manejo e integración sanitario-social».

La directora sostiene que los programas de intercambio de jeringuillas en la CAV están siendo «uno de los pilares» de la reducción de daños por consumo de drogas y sirven para reducir la transmisión del VIH y las hepatitis de una manera «muy notable». Admitiendo que en un 20% de los casos los toxicómanos sometidos a programas con metadona en Euskadi acaban fracasando, la directora de Drogodependencias anuncia que es a este colectivo al que va dirigida la dispensación terapéutica de heroína, que entrará en vigor próximamente, cuando la Agencia Central del Medicamento autorice su disponibilidad como terapia.