Entre un 30 y un 40 por ciento de los drogodependientes que reciben tratamiento en las comunidades terapéuticas de Castilla-La Mancha consiguen recuperarse de su adicción con cierta estabilidad, aunque su posterior inserción laboral es el paso más difícil, pese a ser el más importante.

Así lo manifestó ayer el consejero de Sanidad, Fernando Lamata, quien firmó en Toledo un convenio de colaboración con distintas organizaciones de la región para el tratamiento de las drogodependencias, por un importe inicial de 700 euros para este año, cantidad que se podrá ampliar según las necesidades.

Lamata indicó que ese porcentaje de personas adictas a las drogas que se recupera tras su paso por las comunidades terapéuticas es posible que estén libres del consumo de esas sustancias durante unos años y que después, por distintas circunstancias, vuelvan a caer en su adicción.

La adicción a la heroína sigue siendo la principal causa del ingreso en las comunidades terapéuticas, aunque su consumo ha descendido progresivamente en los últimos años, mientras que cada vez son más las personas que demandan tratamiento por el consumo de alcohol.