Exhibir a la salida de los casinos “carteles cuyo formato y tamaño atraiga la atención del público, que contendrán claras y precisas advertencias, en idioma castellano, acerca de las enfermedades o efectos… (de) la adicción a los juegos de azar”, forma parte de un proyecto de ley, recientemente aprobado por el Senado en primer trámite.

El proyecto contempla también entregar “al público en los lugares de acceso folletos que informen acerca del juego patológico o problemático. Asimismo, poner a disposición, en las páginas electrónicas de propiedad de las sociedades operadoras, la información sobre juego patológico”.

Uno de los los gestores de la iniciativa, el senador PS Ricardo Núñez, explicó a “La Segunda” que el objetivo de estas normas es “prevenir la ludopatía o adicción a los juegos de casinos”. La idea surgió luego que en la nueva Ley de Casinos no se considerara este aspecto.

Ello contrasta con países como Estados Unidos, donde desde 1957 se cuenta con asociaciones como “Jugadores Anónimos”.

Hipódromos quedan fuera

Tal como está concebida, la normativa sólo afectaría a los casinos y no a otros centros de apuestas, como los hipódromos. “No introduje otros lugares, porque implicaría reformar muchos cuerpos legales”, indica Núñez.

¿Serán incluidos en el futuro?

– Por supuesto. Pero junto con ese desarrollo, también hay que darse cuenta de que esto requiere de tratamiento siquiátrico intensivo y con esta ley pronto podría introducirse esta disciplina en las escuelas de Medicina y así los futuros siquiatras encontrarán una nueva área de conocimiento, prevención y cura.

Monticello: Casino “no es para ganar dinero, es para entretenerse”

Lejos de oponer resistencia, las principales empresas de juego respaldan la iniciativa e incluso proponen perfeccionarla.

“El proyecto es excelente y muy compatible con nuestro programa de juego responsable. Colocamos letreros y estamos a punto de imprimir folletos sobre la materia”, indicó el gerente general de Monticello, George Garcelon.

Y acota que ir a un casino implica tener claro cuánto se quiere gastar, porque “no es para ganar dinero… es para entretenerse y los verdaderos jugadores saben cuándo parar”.

¿Qué le cambiaría al proyecto?

– Echamos de menos la autoexclusión o exclusión por orden judicial de un ludópata. Una persona puede dejar una carta diciendo que es ludópata y que no lo dejen entrar, pero cuando vuelve no tenemos fuerza legal para impedirle la entrada. En otros países eso se puede… e incluso se monitorea con cámaras.

Podría servir para sacar a alguien que esté ganando mucho dinero. En Las Vegas lo han hecho.

– ¡Y que siga ganando en mi casino! Hace dos semanas alguien se fue con $61 millones de una máquina. Queremos que la gente tenga experiencias ganadoras.

Enjoy da consejería

La visión es compartida por Enjoy, donde la jefa de Responsabilidad Social Empresarial, Marcela Salas, asegura que “los carteles y advertencias buscan educar y prevenir la aparición de conductas adictivas… Nos parece bien que podamos conversar acerca de la promoción del juego responsable”.

“Jugados por ti” se llama el proyecto de Enjoy, que en parte se adelantó a la futura promulgación de la ley y que busca, según Salas, enfrentar las crisis “de una proporción muy menor de personas que ve en el juego una forma de evadirse de la realidad y de los problemas personales”.

La iniciativa comprende folletería y consejería en cada casino desde diciembre de 2008, desde donde se deriva a los jugadores problemáticos a un sistema de atención telefónica realizada por “especialistas”.

“Nos parece una buena ley”, opinó también el gerente general de Marina del Sol (Talcahuano), Juan Ignacio Ugarte, quien señaló que “ya estamos trabajando en este tema, para lo cual hemos contratado una asesoría extranjera, y en los próximos meses tendremos todo un programa científicamente elaborado, que promueva el juego con límites”.

La iniciativa, aprobada en primer trámite por el Senado, deberá ser estudiada ahora por la Cámara de Diputados.

Las características del ludópata, según De la Parra

El psiquiatra Marco Antonio de la Parra explica que existen distintas “patologías de fondo” que se asocian con las ludopatías.

“En la mayor parte de los casos se parece a los trastornos obsesivo compulsivos: un impulso incontrolable, que es vivido con culpa, y que después del fracaso hace caer en una fuerte depresión”.

En un segundo tipo y más grave que el anterior se encontrarían “los pacientes que se lanzan en la aventura ludópata de forma maníaca, con una sobreestimación de sí mismo y de sus posibilidades, cayendo luego su ánimo ante la derrota”.

El tercer nivel es el peor, pues la ludopatía se asociaría a un “trastorno de personalidad”, donde “el comportamiento es más psicopático, la culpa no existe y el impulso autodestructivo, la experiencia de riesgo es total y de muy oscuro pronóstico”, concluye.