Así, los investigadores del instituto de Tecnología de California hallaron que las personas que apuestan activan primero la zona del cerebro de la recompensa y luego la del riesgo.
Los expertos Preuschoff, Bossaerts y Quartz pidieron a distintas personas que eligieran dos cartas, previa apuesta de un dólar. Tras mostrarle la primera, los jugadores debían decir si la segunda era más o menos alta que la primera, según publica la revista Neuron.
Los jugadores fueron monitoreados con una resonancia magnética. Así, los científicos hallaron que hay dos zonas del cerebro que se activan con los juegos de riesgo y recompensa. Pero lo interesante fue que se activa primero la zona cerebral de la recompensa antes que la del riesgo.
El descubrimiento ayudaría a comprender cómo funcionan las decisiones arriesgadas en jugadores compulsivos o personas con trastornos bipolar