La Generalitat construirá un centro de recuperación de menores toxicómanos en Colombia, con el fin de dignificar a los miles de «niños de la calle» que malviven en sus barrios.
El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, recorrió ayer junto a la Primera Dama de la nación, Nohra Puyana de Pastrana, algunos de los barrios más degradados de Cartagena de Indias y pudo conocer una parte del gran colectivo infantil y juvenil castigado por la droga, la delincuencia, la prostitución y la marginación.

La visita oficial de Zaplana a Colombia comenzó un día antes, por la noche, con una cena privada en la residencia particular del presidente del país, Andrés Pastrana, en compañía del ministro español de Medio Ambiente, Jaume Matas, que se encuentra en Colombia para asistir a un foro internacional sobre desarrollo medioambiental.

Durante la jornada de ayer, Zaplana y Nohra Puyana de Pastrana, acompañados por el embajador de España en Colombia, Yago Pico de Coaña, inauguraron el centro de recepción, acogida, diagnóstico y remisión de los «niños de la calle» que se ha construido en colaboración con la ONG colombiana Niños de Papel en el barrio de Canapote, y pusieron la primera piedra de la futura Comunidad Terapéutica Generalitat Valenciana, que esta misma asociación gestionará en el municipio de Turbaco.

El responsable de esta ONG, el sacerdote madrileño Manuel Jiménez, acompañó a la comitiva oficial y les presentó a muchos de los niños que se encuentran en estas nuevas instalaciones. Su historia y su pasado están marcados por la droga, la violencia y el abandono.

Jiménez, «el padre Manolo» como le conocen en Colombia, explicó que este nuevo centro permitirá recibir mensualmente a unos trescientos niños para darles comida o asistencia sanitaria.

Zaplana aseguró que lo más importante en la cooperación internacional «no es la caridad, sino luchar para que todos los miembros de la sociedad tengan las mismas oportunidades de desarrollo, principalmente a través de la educación y de la formación integral».

Tras recorrer estas instalaciones, charlar con niños y niñas que portaban banderas valencianas y jugar con algunos de ellos al futbolín, el presidente del Consell y el resto de la comitiva acudió al municipio de Turbaco, donde en el interior de la selva la Generalitat construirá un centro para atender a niños y jóvenes enganchados al «boxer», como se conoce a la droga más popular que inhalan los niños en las calles colombianas.

Los futuros módulos, que en siete hectáreas de terreno albergarán residencias, aulas y talleres, podrán acoger a más de medio centenar de menores, la mayoría de ellos procedente de Medellín.

La misión oficial de la Generalitat continuará con la firma de un convenio de colaboración entre la Agencia Española de Cooperación Internacional y los Gobiernos valenciano y colombiano, y el recorrido por la localidad salvadoreña de Santa María de Ostuma.