Ocho centros estadounidenses han empezado a probar en trescientos pacientes la utilidad clínica de una vacuna para dejar de fumar. La FDA aprobará la vacuna, bautizada como NicVax, por la vía rápida en función de los resultados de este ensayo.

Actualmente existen otras dos vacunas candidatas para tratar la adicción a la nicotina, si bien NicVax, de la compañía Nabi Biopharmaceuticals, es la primera que alcanza la fase clínica. La nicotina logra su efecto adictivo cuando traspasa la barrera hematoencefálica y alcanza receptores específicos en el cerebro. Por sí misma, no estimula la producción de anticuerpos como parte de la respuesta inmunológica. NicVax actúa generando anticuerpos que se unen a las moléculas de nicotina y crean compuestos demasiado grandes como para alcanzar el cerebro y, por tanto, eliminando la sensación de placer asociado a fumar y el ansia por encender un cigarrillo. Los anticuerpos que produce la vacuna duran un mes en la sangre, según Victor Reus, de la Universidad de California en San Francisco. El estudio probará varias dosis de la vacuna frente a placebo y secuencias de cuatro o cinco inyecciones.