Alcohol, tabaco y hachís. Por este orden y cada vez más pronto. Son las principales conclusiones de un estudio sobre el consumo de drogas legales e ilegales entre los adolescentes elaborado por el Servicio Provincial de Drogodependencias de la Diputación de Cádiz. El análisis, realizado mediante un trabajo de campo en los institutos de varias localidades y núcleos de población de la provincia con menos de 20.000 habitantes, revela que el 44,9% de los jóvenes de 13 a 17 años declara consumir alcohol todos los fines de semana; un 24,5% fuma tabaco habitualmente y un 25,2% reconoce haber probado alguna vez el hachís (aunque el consumo habitual, con una frecuencia de varias veces a la semana es inferior).

El trabajo, editado por el departamento provincial este año, supone una valiosa herramienta a la hora de diseñar las estrategias de prevención y concienciación que la Diputación ofrece tanto para los propios jóvenes como a sus padres en el ámbito de sus competencias. Y es que el departamento persigue con este tipo de análisis estadísticos detallados obtener estrategias de prevención selectivas para los rangos más vulnerables; también para conocer si los adolescentes de las poblaciones pequeñas usan drogas de forma diferente a los de las grandes ciudades.

Buena parte de estos consumos se vinculan a la fase experimental de la adolescencia, en el marco de las relaciones sociales grupales entre iguales que no llegan a consolidarse como una adicción, si bien el mero hecho del consumo supone -a juicio del departamento- riesgos importantes cuando los menores se encuentran bajo los efectos del alcohol o de otras drogas: accidentes, peleas, enfrentamientos con la policía o relaciones sexuales sin medidas de protección.

En total, los técnicos han analizado mediante un prolijo cuestionario anónimo las pautas de consumo de 1.832 estudiantes de 19 poblaciones. En el caso del Campo de Gibraltar, los especialistas pulsaron a alumnos de Los Barrios, Tarifa, Jimena y Guadiaro (San Roque).

Como conclusiones generales, de todas las drogas analizadas el alcohol es la más consumida. Casi la mitad de los adolescentes asegura beber todos los fines de semana y ocho de cada diez ya ha probado el alcohol pese a no llegar a la edad legal de consumo (18 años). Otro 24,9% prefirió no contestar a la pregunta mientras que sólo un 10,1% se declararon como abstemios.

Se inician, según los datos computados, a los 14 años -de media- siendo el cubata la bebida preferida mientras que por sexos, el 54,8% de las chicas se ha emborrachado alguna vez y en los chicos el porcentaje se queda en el 45,2%.

Alcohol y tabaco son los principales elementos de cualquier botellón en las noches de fin de semana. La mayor parte del consumo del alcohol tiene lugar en la calle y pubs entre el viernes y el domingo siendo, además, la sustancia más accesible. Sólo un 0,4% de los encuestados dice beber exclusivamente en días laborables y un 2,8% sin hacer distingos; lo que denota que se trata de un consumo «social».

En cuanto al tabaco, un 24,5% sostiene ser consumidor habitual (con una edad de inicio mayoritaria a los 13 años) y más de la mitad dice haber dado una calada a un pitillo en alguna ocasión (53,02%). Por el contrario, el 45,22% de los encuestados asegura no haberse acercado un cigarrillo a la boca en su vida. La proporción de fumadores jóvenes es del 63% para las chicas y del 37% restante entre los chicos.

La tercera de las sustancias más consumidas por los encuestados es el hachís y la marihuana. Un 25,2% asegura haber probado alguna vez un porro. Y, en cuanto a la frecuencia, el 18,5% de quienes dijeron haberlo probado reconoce que lo hizo en el último mes. La frecuencia más recurrente es de una a dos veces (27,5% de quienes aseguraron haber fumado hachís o maría en los 30 días anteriores a la encuesta).

El resto de sustancias estupefacientes ilegales suponen consumos declarados muy inferiores. La cocaína es la segunda en la lista de sustancias ilícitas con un 9,4% de personas que la han probado (de media, a los 16); un 3,8% dice haber tomado alguna vez éxtasis y otro 3,7% speed o anfetaminas. Ya a distancia aparecen los alucinógenos (3%); sustancias volátiles (1,1%) y heroína (0,5%).

Aunque se trata de porcentajes relativamente bajos, los técnicos sí han detectado que en este segundo grupo de drogas ilegales (hachís y marihuana al margen) se dan casos de policonsumo. Esto es, quien consume cocaína también recurre al hachís ya que suele ser una droga «de iniciación».