Más de 20 mil jóvenes de entre 14 y 18 años, consumidores diarios de cannabis, corren el riesgo de convertirse en adictos a esta sustancia, la droga más consumida en España y la que goza de un mayor grado de complacencia por parte de la sociedad.

Además, es la más accesible, según admite el 71.8% de los menores.

Así lo indican diferentes estudios recogidos en un informe de la comisión clínica del Plan Nacional sobre Drogas (PNSD) en relación con los efectos de esta sustancia y que fue presentado por la ministra Elena Salgado y la responsable del PNSD, Carmen Moya.

La realidad que muestra este informe es más que preocupante.

Prueba de esto es que en España se ha extendido la idea de que el cannabis es la droga más inocua de las existentes, incluido el tabaco y el alcohol. Estudios científicos internacionales han conseguido demostrar incluso que el consumo habitual de esta sustancia desde edades tempranas puede triplicar el riesgo de sufrir un cuadro psicótico.

Los investigadores consideran como edad temprana la situada entre los 14 y 16 años, siendo en España la medida de edad de inicio en esta droga los 14.7.

Desde el Ministerio de Sanidad se pide que se evite el consumo de esta sustancia siempre, y principalmente a edades tempranas ya que se ha comprobado que la edad de inicio es un factor determinante en la evolución de los efectos de esta droga sobre la salud.

Concretamente, se advierte de que los trastornos se acentúan cuando el consumo se inicia antes de los 15 años, posiblemente porque el cannabis produce cambios neurobiológicos durante determinados periodos del desarrollo del cerebro.

Además, su consumo puede dar lugar a una serie de trastornos mentales descritos en la Clasificación Internacional de Enfermedades, entre ellos los trastornos de ansiedad y del estado de ánimo.

De esta manera, se alerta de que el consumo de cannabis al principio de la adolescencia aumenta el riesgo de psicosis posterior, sobre todo en personas que tienen una predisposición genética y por tanto una mayor vulnerabilidad.

Moya indicó que las investigaciones apuntan a que “el cannabis afecta al sistema dopaminérgico, que tiene un papel clave en el desarrollo de los síntomas psicóticos”.

La ministra Salgado explicó que este informe quiere “opiniones y mitos sobre la pretendida inocuidad” de esta sustancia.

No es así, según Salgado. Las investigaciones científicas han constatado que su consumo está ligado a un peor rendimiento escolar, aumento del ausentismo, abandono de los estudios y una mayor conflictividad.

Además, altera la capacidad cognitiva y el rendimiento psicomotor y, en un reciente estudio realizado en Francia, sobre un total de 10 mil 748 conductores implicados en colisiones de tráfico mortales, se demostró que la presencia de esta sustancia triplica el riesgo de colisión.

En la misma línea, otro estudio australiano puso de manifiesto que el consumo de cannabis en las tres horas previas a un accidente de tráfico iba asociado a un riesgo casi cuatro veces mayor de ingreso hospitalario o muerte a consecuencia de la colisión.