La negociación se ha revelado como un elemento clave para la reducción del consumo de tabaco dentro de los hospitales. La experiencia del Complejo Hospitalario Juan Canalejo, en La Coruña, que ha desarrollado un modelo de transacción negociada con los profesionales, demuestra que es un arma igual o más efectiva que la prohibición o imposición, sin necesidad de generar tensiones. De hecho, este centro es el hospital que ha conseguido en todo el mundo los mejores resultados entre los profesionales sanitarios, según ha explicado Jesús Caramés Bouzán, director gerente.
Caramés ha dado cuenta de los resultados en el seminario Sociedad libre de tabaco, organizado por la Universidad Menéndez Pelayo (UIMP), celebrado en su sede de La Coruña, y dirigido por José Pérez Vilariño, catedrático de Sociología de la Universidad de Santiago y miembro del equipo responsable del citado programa.
Un espacio libre de tabaco no se consigue por imposición sino por educación y negociación porque la mayoría somos personas formadas», ha significado el director del curso, quien ha añadido que el objetivo se logra si se produce un cambio de cultura: «La prohibición no tiene sentido; tiene que producirse un cambio de cultura y para llegar a él hay que negociar».
El Hospital Juan Canalejo ha optado por esta vía con un plan que comenzó a andar en 1988, fecha en la que había un 36 por ciento de fumadores. Diez años después, ese porcentaje se situó en el 20 por ciento. «Hemos conseguido un hospital libre de tabaco dentro de un ambiente pacífico, sin conflictos y sin irritar a nadie», ha enfatizado Pérez Vilariño. En estos momentos, las visitas representan la excepción, aunque Vilariño ha indicado que siempre se produce cierto margen de desviación: «Lo que tenemos que hacer es mantener ese margen en los mínimos».
Por su parte, Jesús Caramés ha destacado la disminución muy notable del consumo de tabaco que se ha producido en el colectivo de médicos, pasando de un 33,3 por ciento en 1988 al 10,3 por ciento en 1999.
Al margen de unas cifras que sin duda son reveladoras, el avance más significativo es la generalización de una nueva cultura sanitaria, incluso entre los fumadores, que no sólo aceptan sino que demandan un hospital libre de tabaco. Además, el personal es más consciente de los efectos negativos que tiene el tabaco y lo perjudicial que es para su salud.
Población hospitalizada
El trabajo realizado en el Juan Canalejo se completó con una encuesta entre la población hospitalizada, de la que se infiere que la práctica totalidad de los enfermos cree que el tabaco perjudica mucho o bastante la salud y el 90 por ciento considera que, tras un período razonable de adaptación, el hospital debe ser un centro completamente libre de tabaco. «El único lugar que debe seguir teniendo un espacio para fumadores es la cafetería del hospital».
En esta línea, la inmensa mayoría de los entrevistados cree razonable prohibir a las visitas que fumen dentro del hospital y opina que el personal sanitario, cuando está identificado como tal, debe evitar fumar en presencia de enfermos y visitas.
El gerente del hospital coruñés ha recordado que los profesionales sanitarios son percibidos por la población como un modelo para seguir hábitos saludables.
Educar contra el tabaco desde la infancia
Jesús Caramés Bouzán, director gerente del Hospital Juan Canalejo, ha destacado que la edad de comienzo del consumo de tabaco en España es a los 13,1 años. De hecho, cada día más de 80.000 adolescentes de todo el mundo se incorporan al consumo de tabaco que, después del alcohol, es la droga más consumida entre los estudiantes españoles de secundaria, ya que un 34 por ciento afirma haber fumado en alguna ocasión, y un 5,2 por ciento se define como exfumador, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (ver DM del 31-V-04).
Por otro lado, Caramés ha recordado que las principales vías de información para los estudiantes son los medios de comunicación (64,4 por ciento), los padres y hermanos (58,4 por ciento), los profesores (48 por ciento) y los amigos (45 por ciento). A su juicio, «las gerencias de los hospitales, aunque sólo sea por supervivencia, tendrán que dedicar más esfuerzos a la prevención y educación sanitaria».
Actualmente las iniciativas auspiciadas bajo el lema Hospitales sin humo predominan en los principales centros sanitarios españoles.