«Seis copas de vino o cuatro cervezas consumidas de forma permanente a lo largo del tiempo pueden producir un problema hepático». Quien así habla es Arthur Cederbaum, del Hospital Monte Sinaí de Nueva York (EE. UU.), quien intervino ayer en el III Encuentro sobre Avances en Medicina molecular organizado por la Fundación BBVA y la Universidad de Navarra.
«Estamos comprobando que la cantidad de alcohol que hay que beber de una forma crónica para desarrollar patologías es cada vez menor», aseguró el experto, quien destacó que las diferencias por sexo en lo que se refiere a consumo de bebidas son relevantes.
«En las mujeres, el umbral de consumo puede reducirse hasta una o dos cervezas o copas de vino al día. El metabolismo de los varones es más resistente al alcohol», señaló Arthur Cederbaum.
A su juicio, una dieta rica en grasas aumenta las posibilidades de sufrir daños hepáticos. En este sentido, se puede recomendar el consumo de complejos multivitamínicos suplementados con vitamina E y C, que son los antioxidantes más potentes.