LONDRES.- El ministro británico de Sanidad, John Reid, ha provocado una curiosa polémica en el Reino Unido por afirmar que el tabaco es uno de los pocos placeres que les quedan a los pobres.
A juicio del máximo responsable de Sanidad del Reino Unido, la clase media «está obsesionada» con dar ejemplo a los sectores menos favorecidos de la sociedad, pese a que el tabaco no es uno de los peores problemas a los que se enfrentan.
«¿Qué placer tiene una madre de 21 años que vive en una situación marginal? A veces, el único es fumarse un cigarrillo», indicó Reid, en declaraciones que publica el diario británico «The Guardian».
Las declaraciones del ministro han provocado reacciones de protesta de las asociaciones anti-tabaco y de la oposición.
Un portavoz del grupo Medidas contra el Tabaco y a favor de la Salud (ASH, en inglés) calificó las opiniones de Reid de «increíblemente condescendientes» y reiteró que es preciso contar con espacios de trabajo libres de humo.
Una lucha propia de la clase media
Según ese grupo anti-tabaco, el ministro británico de Sanidad «está obsesionado con que la clase media se impone sobre la trabajadora» y argumentó que las clases medias tienen una mayor posibilidad de alcanzar los 70 años que los sectores más desfavorecidos debido al tabaco.
Además, las mujeres pobres -según su portavoz- sufren dos veces más cáncer de pulmón que las féminas con mayor nivel social.
Reid se definió como un defensor de una información clara sobre el tabaco más que por una prohibición total de fumar en lugares públicos, cuyo ejemplo más claro es el de la ley implantada desde hace unos meses en Irlanda.
Apoyando al ministro de Sanidad estuvo Simon Clark, director del grupo defensor de los derechos del fumador Forest, para quien es alentador que Reid «piense así, ya que fumar es un placer para mucha gente».
Sin embargo, Paul Burstow, portavoz de salud del Partido Liberal-Demócrata, criticó duramente las declaraciones del ministro, que calificó de «condescendientes, dañinas y basadas en argumentos débiles».
