El tabaco está considerado como el factor de riesgo prevenible que más muertes causa. Más de 50.000 personas, en concreto 53.155, fallecieron en España a causa de su consumo en el año 2006, según recoge la Encuesta Nacional de Salud de ese año, que es la última que se hizo. Un equipo médico formado por expertos en epidemiología, medicina preventiva, psiquiatría y salud pública ha analizado estos y otros datos sobre tabaquismo referidos a los últimos 30 años y ha llegado a la conclusión de que en la lucha contra esta enfermedad «queda mucho por hacer» en nuestro país, donde las instituciones deberían hacer «un esfuerzo importante de sensibilización y educación del público». Algunos datos de este trabajo resultan demoledores. Por ejemplo, en esos 30 años que van entre 1978 y 2006, el número de mujeres muertas por fumar se ha multiplicado por cinco.

Los hombres fuman cada vez menos y las mujeres se mueren cada vez más a causa del tabaco. Ambas realidades se describen en el informe «Mortalidad atribuible al consumo de tabaco en España en 2006», recogido en el último número de la revista especializada «Medicina Clínica». El trabajo está firmado por investigadores del Instituto de Salud Carlos III y de diferentes hospitales y universidades de medicina de Madrid, Zaragoza y Valencia. Su publicación coincide con la entrada en vigor de la polémica ley antitabaco, que ha pretendido ampliar los espacios sin humo.

Una de cada siete muertes en España está directamente relacionada con el tabaco. Las 53.000 personas que fallecieron en 2006 por fumar presentaban también otros problemas de salud, pero, según los autores de este trabajo, su fallecimiento no se hubiera producido de no haber sido por la cantidad de sustancias tóxicas que penetraron en el organismo con cada calada. «Una de cada cuatro muertes atribuibles al tabaquismo ocurre prematuramente, es decir antes de los 65 años, y por tanto, son muertes potencialmente evitables que representan una carga importante de años de vida perdidos», afirman.

Crece sin parar

La enfermedad que más vidas se lleva entre los fumadores es el cáncer (45%) y en especial el de pulmón, que supone la pérdida de casi una de cada tres vidas (31%). Tras la patología tumoral, destacan las enfermedades cardiovasculares (33%), sobre todo el infarto de corazón (casi el 12%) y el derrame cerebral. Mueren uno de cada cuatro varones y una de cada 29 mujeres. La cifra de víctimas ha ido creciendo sin parar año tras año, con un solo apunte para la esperanza. Las muertes por tabaquismo comenzaron a descender entre los varones en 2001. El buen dato se ve contrarrestado con el ascenso «discreto, pero continuado» del hábito entre la población femenina, especialmente a partir de los años 90. En 1978 fallecieron 1.281 españolas por enfermedades atribuibles al tabaco. Treinta años después fueron 5.981.

Los autores del estudio también llaman la atención sobre una realidad que no suele tenerse en cuenta. «Una fracción importante de la mortalidad» corresponde a ex fumadores. Este fenómeno se debe a que el riesgo a morir a causa del tabaco se prolonga hasta tres décadas después de dejar de consumirlo.