El tabaco podría matar a mil millones de personas en el mundo este siglo si los gobiernos y las sociedades civiles no actúan rápidamente para reducir su consumo, afirma un informe de la Organización Mundial de la Salud publicado en Nueva York.

«El tabaco mató a 100 millones de personas en el mundo en el siglo XX y matará a mil millones en el siglo XXI si se mantienen las tendencias actuales», indica el «Informe sobre la epidemia mundial de tabaquismo», presentado el jueves por la directora general de la OMS, Margaret Chan, y el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, en una conferencia de prensa.

«Si no se hace nada, el número de muertes ligadas al tabaquismo alcanzará más de ocho millones de personas por año de aquí a 2030, y el 80% de estos casos ocurrirán en los países en desarrollo», prosigue el documento.

El estudio, que provee estadísticas sobre el consumo de tabaco y las medidas tomadas para reducir el hábito en países que representan en su conjunto el 99% de la población total, recomienda una estrategia en seis partes llamada «MPOWER», para luchar contra el flagelo.

Esta incluye el seguimiento, en cada país, del consumo y de las políticas de prevención; la protección de poblaciones contra el humo de tabaco; el desarrollo de programas de ayuda para quienes desean dejar el hábito; la mejora de la información sobre los peligros del tabaquismo; la aplicación efectiva de prohibiciones de promover y publicitar el tabaco y el alza de impuestos para este producto. «Estas seis estrategias están al alcance de todos los países y, combinadas como un «paquete», nos ofrecen la posibilidad de revertir la creciente epidemia», dijo Bloomberg, él mismo un ex fumador.

Según el informe, cerca de dos tercios de los fumadores en el mundo viven en diez países: China (cerca del 30%), India (10%), Indonesia, Rusia, Estados Unidos, Japón, Brasil, Bangladesh, Alemania y Turquía.

Entretanto, sólo el 5% de la población mundial está protegida por legislaciones amplias contra el tabaquismo, mientras la mitad de los países -dos tercios en el mundo desarrollado- no tienen información mínima respecto al consumo de tabaco.

Por otra parte, «en la mayoría de los países, el consumo del tabaco es mayor entre los pobres que entre los ricos, y los pobres sufren más las consecuencias de las enfermedades vinculadas con el tabaquismo, lo que genera dificultades económicas y perpetúa el círculo vicioso de la pobreza y la enfermedad», advirtió el estudio de la OMS.

Describiendo el informe como «recolucionario», el alcalde neoyorquino declaró también que, «por primera vez, el mundo dispone de un enfoque riguroso para detener la epidemia del tabaquismo a la vez que de estadísticas sólidas para que cada parte se responsabilice».