El número de personas que morirán en los próximos años a consecuencia del consumo de tabaco podría ser mayor del previsto hasta ahora. La principal causa, las jóvenes cada vez fuman más que las generaciones de mujeres precedentes, lo que podría dejar pequeña la cifra de once millones anuales de muertes por este problema prevista por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el año 2030.

La alerta procede de la «Encuesta Global de Tabaquismo entre los Jóvenes» (GYTS según sus siglas angófilas) llevada a cabo por instituciones como Unicef, la OMS y los Centros de Control de las Enfermedades (CDC) estadounidenses y cuyos últimos datos se han dado a conocer en el transcurso de la Conferencia Mundial sobre Tabaco que se está celebrando en Helsinki.

Más de un millón de adolescentes de 150 países de todo el mundo han respondido a las preguntas planteadas por esta iniciativa –la más importante de este tipo– acerca de sus actitudes hacia este hábito, el papel de los medios de comunicación y su acceso a los cigarrillos. Sus respuestas delatan que cada vez más chicas se deciden a empezar a fumar, aunque los expertos admiten que desconocen con certeza el motivo de esta moda. «Ellas ven este producto de manera diferente a los chicos», reconoció en rueda de prensa Vera Luiza Da Costa, miembro de la OMS, «y las campañas anti-tabaco que se lleven a cabo deberían tener esto en cuenta».

Precisamente, los reunidos en Finlandia han puesto de mnaifiesto la importancia que este tipo de datos debe tener para las políticas mundiales de control del tabaquismo. En este sentido, Charles Warren, coordinador científico de los CDC para la encuesta, ha recalcado la necesidad de «desarrollar programas específicos de género que pongan de manifiesto las graves consecuencias del tabaco para la salud reproductiva y la salud de los lactantes expuestos al humo del tabaco durante el embarazo».

Nada menos que el 14% de los adolescentes entre los 13 y los 15 años en todo el mundo es fumador habitual, el 25% de ellos probó su primer pitillo antes de los diez y más del 28% de los encuestados creía que los fumadores «tienen más amigos». La OMS estima que 4,9 millones anuales de muerte está directamente relacionadas con el tabaco, aunque calcula que la cifra se duplicará en los próximos veinte años.

Esta situación ha llevado a los especialistas a prever que las actuales estimaciones de mortalidad relacionada con el tabaco podrían quedarse cortas. Fundamentalmente porque están basadas en los patrones de consumo de los adultos –que indican que la proporción de mujeres que fuma es todavía un 75% menor que los hombres–, y no de los adolescentes, entre quienes las diferencias de sexo tienden a difuminarse mucho más. Para frenar esta tendencia se sigue insistiendo en la necesidad de que los gobiernos lleven a cabo campañas de educación, publicidad y programas de concienciación.

Sólo un ejemplo. En África, la proporción de mujeres que fuma es de una por cada siete varones, en las edades más jóvenes la proporción se invierte, dos chicas por cada chico. Aunque es difícil extrapolar estos datos puesto que las diferencias entre regiones puestas de manifiesto por la encuesta son enormes.