El éxtasis, la droga sintética más popular en las discotecas, provoca daños a largo plazo en la memoria, según un estudio realizado por investigadores holandeses que publica este mes la revista médica norteamericana Archives of General Psychiatry. En Estados Unidos, el consumo de este cruce entre anfetaminas y LSD está relativamente extendido entre jóvenes de edad universitaria y sigue ganando terreno entre los estudiantes de enseñanza media.

Investigadores de la Academia de Ciencias Médicas de Amsterdam trabajaron con voluntarios de entre 18 y 45 años que accedieron a no consumir psicotrópicos en las tres semanas previas a la toma de datos. Entre los investigados había consumidores recientes y otros que no habían ingerido éxtasis durante al menos un año.

Los consumidores recientes mostraban pérdida de la memoria y cambios en algunas células cerebrales, más agudos en la neuronas corticales vinculadas a la memoria. Estas neuronas presentaban una menor densidad en los receptores empleados por la serotonina, el neurotransmisor que transporta mensajes entre células e influye en el ánimo.

Los trabajos con el grupo que llevaba tiempo sin consumir la droga revelaron que los afectos negativos a corto plazo sobre los receptores de serotonina desaparecían con el tiempo, pero que deja secuelas en la memoria, que perdía capacidad de evocación. Los investigadores comprobaron que los antiguos consumidores producían peores resultados que un grupo de control que no había utilizado esa droga.

Efectos irreversibles
A la luz de estos datos, Liesbeth Reneman, que dirigió la investigación, concluye que el éxtasis tiene efectos irreversibles en la memoria de los consumidores y que cuanto más tiempo se usa y mayores son las dosis, más dañinos son los efectos.

El trabajo de Reneman avanza sobre otros previos realizados con ratas, que habían comprobado que la ingestión de éxtasis en hembras preñadas afectaba a la memoria y capacidad de aprendizaje de las crías, que, según el tiempo de desarrollo fetal en el momento de la administración de la droga, podían quedar incapacitadas para el resto de sus vidas.

Reneman advierte en la presentación de su trabajo que los consumidores de éxtasis tendían a fumar también más marihuana que el grupo de control y que quizás esa circunstancia pudiera afectar a la memoria.

La marihuana sigue siendo la droga de consumo más habitual en EE UU. Un reciente estudio indicaba que el año pasado el 37% de los estudiantes de instituto (de entre 14 y 18 años) la ha fumado alguna vez en los 12 meses previos. Para el éxtasis, el porcentaje de consumo baja hasta el 8,2% de los estudiantes, aunque supone un incremento notable con respecto al 5,6% registrado en 1999.