Un estudio, publicado en la última edición de «JAMA» indica que la exposición prenatal a la cocaína no se asocia con menores indices de coeficiente intelectual o de rendimiento verbal a los cuatro años de edad. Sin embargo, el estudio, desarrollado por especialistas de Case Western Reserve University (Estados Unidos), ha encontrado que la exposición prenatal a la cocaína se relaciona con limitaciones cognitivas específicas y con una menor posibilidad de registrar un índice coeficiente intelectual por encima de la media, si bien un ambiente positivo en el hogar puede mejorar estos resultados en ciertos niños.

La cocaína cierra rápidamente las barreras fetal y cerebral y posee un efecto directo en el cerebro del feto en desarrollo. Algunos estudios anteriores han apuntado a posibles efectos negativos de la exposición a la cocaína en el útero materno en el desarrollo durante el primer año de vida.

En el presente trabajo, los investigadores evaluaron los efectos de la exposición prenatal a la cocaína y la calidad del medio ambiente hogareños en los resultados de tests de nivel cognitivo. Los participantes fueron 376 niños, de los cuales 190 se habían expuesto a la cocaína y 186, no. Se observó que la exposición prenatal a la cocaína no se relacionaba con un menor índice de coeficiente intelectual, ni de rendimiento verbal. Sin embargo sí había efectos concretos de la cocaína prenatal en varias subescalas: los niños expuestos registraban menor habilidad aritmética y menor capacidad de ensamblaje de objetos que los niños no expuestos. Igualmente, la exposición prenatal a esta droga se relacionaba con una menor posibilidad de conseguir un índice de coeficiente intelectual por encima de la media.