El tabaquismo hace disminuir el deseo sexual, advierten especialistas reunidos en el reciente VII Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer (SAMEM). El abuso de tabaco potencia la sequedad vaginal y la atrofia genital. ¿Te faltan motivos para dejarlo?

Tener pareja estable no es una causa, por sí misma, de la falta de deseo sexual, pero sí lo es el tabaquismo, han advertido los especialistas reunidos en Madrid en el reciente VII Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer (SAMEM).

En el caso de ser fumadora, el consumo de tabaco es una de las principales amenazas para las relaciones sexuales, ha recordado el doctor Santiago Palacios, director del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer y presidente del Comité Organizador del SAMEM.

«El hábito tabáquico provoca arterosclerosis, lo que conlleva una disminución del flujo sanguíneo, que en la mujer aumenta el riesgo de sequedad vaginal y atrofia genital. Además, fumar adelanta la edad de la menopausia y la disminución de estrógenos, lo que también provoca atrofia genital».

Estos factores «aceleran y/o agravan de forma importante la falta de deseo en la mujer o trastorno del deseo sexual hipoactivo, patología de la sexualidad más frecuente en la mujer, la que más empeora su calidad de vida y sobre la que más consultan al ginecólogo». Actualmente, la falta de deseo es un problema que sufre el 33 por ciento de las mujeres españolas de ente 18 y 59 años, y el 45 por ciento de las féminas tras la menopausia, según datos presentados en el SAMEM.

Para la doctora Charo Castaño, psicóloga-sexóloga de la Unidad de Disfunción Sexual del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer y coordinadora del Grupo de Sexualidad de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), «la falta de deseo sexual en la mujer es una de las disfunciones más frecuentes en las consultas de ginecología y sexología». Además del tabaquismo, entre sus causas más frecuentes se encuentran, por una parte, «estados depresivos, la ansiedad y la angustia», y por otro lado, las atribuibles a la pareja, «el sentimiento de tarea u obligación ante el sexo, la saturación sexual, la preocupación de los hombres a estar a la altura y la frustración orgásmica en la mujer, la diferente evolución con los años o los auténticos conflictos de pareja», añade esta especialista.

El tabaco acorta tu vida

Además de dilapidar tu apetito sexual, el aumento del tabaquismo en la población femenina las aboca, cada vez más, a padecer enfermedades tradicionalmente masculinas, como el cáncer de pulmón o los eventos cardiosvasculares.

La falta de conciencia del riesgo unida al miedo a subir de peso una vez dejan de fumar y al convencimiento de que los cigarrillos «light» son menos dañinos, son los motivos que mantienen a la mujer en el hábito y que les dificulta el poder superar esta adicción, según especialistas.

«Las mujeres fuman más frecuentemente por adicción que los varones», recalca esta experta. «El miedo a ganar peso sigue siendo una pieza fundamental para aplazar la decisión de dejar de fumar y además aumenta el número de recaídas; aunque también es muy importante la sensación de alivio frente a presiones psicológicas y el estrés», explica la doctora Mª Ángeles Planchuelo, presidenta de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo.

Para esta especialista, la adolescencia es un periodo clave en el inicio a este hábito. «En esta etapa de la vida, las chicas son especialmente proclives a comenzar a fumar si tienen una madre que lo hace». Paradójicamente, «las chicas adolescentes son menos influenciables que los chicos por el grupo de amigos, aunque, sin embargo, empiezan a fumar antes y más cantidad», añade.

Desde el punto de vista del nivel socioeconómico, la doctora Planchuelo señala que «en los sectores de población más desfavorecidos, las mujeres ven en el tabaco un bien de primera necesidad fundamental para escapar de la rutina y afrontar el sobreesfuerzo que supone el atender a sus familias y procurarles la economía necesaria para salir adelante».