Son personas condenadas a moverse por los arrabales de la sociedad. Sólo les queda su adicción a las drogas. Ya no esperan nada. Pero no por eso dejan de ser personas. El Ayuntamiento de Granada espera abrir dentro de un mes un hogar especialmente pensado para atender a este olvidado sector de la población. El proyecto fue impulsado por el anterior equipo de gobierno -de mayoría socialista- y va a ser puesto en marcha «cuanto antes» por la nueva corporación del PP, según confirmó ayer la concejala de Bienestar Social, Ana López Andújar.

Calor humano

La edil espera que «dentro de un mes» esté solventado el problema burocrático que ha obstaculizado la inauguración del centro. Porque el resto ya está hecho: hay local -está en pleno corazón de la ciudad-, financiación y personal.

Entonces, los toxicómanos que se hallan en una situación de extrema marginalidad dispondrán de un lugar en el que tomar un caldito, comer un bocadillo, darse una ducha, disfrutar de un poco de calor humano o limpiar su ropa. Puede parecer simple, pero con estas personas no hay nada sencillo. Su única obsesión es conseguir droga y se despreocupan de todo lo demás. Se alimentan de lo que encuentran en los contenedores de basura, se lavan muy de cuando en cuando y su salud experimenta una constante caída en picado.

Además, los trabajadores del centro -que estará tutelado por el Centro Provincial de Drogodependencias (CPD) y será atendido por educadores de la Asociación para la Rehabilitación de Ex Toxicómanos (Aprex)- ayudarán a los usuarios a procurarse la tarjeta sanitaria o la del Inem… o les acompañarán al médico. A fin de cuentas, de eso se trata: de «humanizar» un poco unas vidas que ya están muy maltrechas.

En ningún caso, el personal del centro intentará convencer a los toxicómanos de que dejen las drogas. En realidad, este tipo de dispositivos se basan en el principio de que hay un sector de drogadictos que fracasa sistemáticamente en su intentos de dejar el hábito. Pero no por eso deben quedar abandonados a su suerte.

En Sevilla, saturados

Actualmente funcionan en Andalucía dos centros de estas características: uno está en Sevilla y el otro, en el Campo de Gibraltar. El de la capital hispalense, según confirmaron ayer fuentes del CPD, está prácticamente saturado, lo que da una idea de su importancia.

Discrepancias políticas al margen, tanto Ana López Andújar como su antecesora en el cargo, Emilia Morcillo (PSOE), coincidieron ayer en destacar la bondad, y la necesidad, de un proyecto que cuenta con el respaldo de todos los partidos y ha sido financiado en su mayor parte por la Junta.