1. LA FAMILIA : CLAVE EN LA PREVENCIÓN Y EL TRATAMIENTO

El tratamiento de los adolescentes no se debe abordar sin la participación de la familia. En Proyecto Hombre constatamos que la eficacia de la rehabilitación depende en gran medida, de la implicación de los padres. La familia es pieza clave en el desarrollo del adolescente porque son los padres los que mejor conocen los problemas de su propio entorno y los más afectados cuando se trata de buscar soluciones. En muchos casos, el contacto se hace primero con familias que acuden preocupadas a Proyecto Hombre y asisten a grupos de terapia, independientemente de que su hijo haya o no iniciado el proceso.

Es importante señalar que conforme aumenta el consumo de drogas entre los adolescentes de nuestro país, la preocupación de los padres se traslada a los centros de Proyecto Hombre. El ámbito familiar es el más afectado cuando abordamos el tratamiento de adolescentes, ya que casi todos los jóvenes conviven en el núcleo familiar y de hecho, es uno de los agentes de mayor presión para el abandono del consumo.

Ante esta nueva situación es necesario reorientar las intervenciones para este tipo de población tan específica. El abuso de drogas entre los adolescentes ocurre muy frecuentemente asociado a otro tipo de problemas, como dificultades escolares, pobre funcionamiento familiar, trastornos psicopatológicos u otros desórdenes conductuales, como por ejemplo, conductas agresivas y/o delictivas.

Otra diferencia en el tratamiento con adolescentes es que éstos pasan del uso experimental al abuso problemático de sustancias en un período de tiempo muy breve. Asimismo el policonsumo se convierte en el patrón de consumo entre 2 a 3 años. Por esta razón, en Proyecto Hombre, se crea un programa específico para los adolescentes con problemas asociados al consumo de droga, así como otro programa específico de prevención cuyo objetivo fundamental es fomentar desde el ámbito educativo, valores y estrategias que favorezcan la autonomía personal y la adquisición de competencias sociales en la infancia.

La aparición de los primeros consumos suele tener lugar durante la adolescencia, cada vez, a edades más tempranas, (entendiendo ésta en una amplia franja de edad entre los 12 y 23 años). Los 22 años de experiencia de Proyecto Hombre en el tratamiento de las adicciones pueden confirmar que las sustancias legales como el tabaco y alcohol suelen ser el primer paso hacia la utilización de otras, como el cannabis, cocaína, drogas de síntesis…

La experiencia de Proyecto Hombre en programas de prevención apunta a una mayor eficacia de los mismos cuando se inician a una edad cada vez más temprana. La evaluación de estos programas de Proyecto Hombre realizada en los primeros cursos de la ESO, han aconsejado un descenso de la edad de intervención a 5º y 6º de Primaria con el fin de optimizar su eficacia. En estos programas se trabajan factores de riesgo y protección relacionados con la educación para lo que es necesario un trabajo paralelo con las familias desde una edad temprana.

2. PERFIL DEL ADOLESCENTE Y LAS FAMILIAS ATENDIDAS EN PROYECTO HOMBRE

Durante el año 2005 hemos atendido a casi 2.000 adolescentes y 3.000 familias. Si comparamos estos datos con los del año pasado, observamos un incremento de casi el 50% de la demanda de tratamiento para adolescentes, en toda la red de Proyecto Hombre. Ante esta realidad, en la que cada vez más jóvenes acuden en busca de ayuda profesional, hemos querido conocer la percepción del ámbito familiar, como una de las más afectadas, por el problema que se encuentran al descubrir a su hijo como consumidor de drogas.

De esta población universal de 3.000 familias, nos quedamos con 1.457 de ellas, implicadas en el proceso del tratamiento de sus hijos. Para la elaboración del estudio, se seleccionó una muestra de 169 familias. Este informe ha sido elaborado durante el primer trimestre de este año 2006 y ha sido aplicado en los 20 centros (a nivel nacional) de Proyecto Hombre que trabajan con adolescentes. Se ha utilizado un instrumento de medición y evaluación, el RIF (Registro Inicial Familiar) utilizado en el área de la evaluación e investigación.

Uno de los datos más significativos de esta encuesta es el papel de la familia, donde la madre ocupa una especial relevancia a la hora de afrontar este problema. Este estudio indica que el 50% de los casos, es la madre la primera que acude a la entrevista, frente al 39,8% donde son ambos padres los que acuden a la misma.

2.1 Hijos policonsumidores

Según los datos que se desprenden de este informe basado en la familias que ya han llegado a Proyecto Hombre, todas son conscientes de que la trayectoria actual de su hijo puede desembocar en otra más grave . Los estudios actuales nos indican que el consumo de las drogas puede cambiar de perfil , aunque no disminuye. Los adolescentes se acercan cada vez antes a las sustancias psicoactivas y los padres son los primeros en percibir preocupación y miedo cuando descubren que su hijo consume sustancias.

Es decir, nos estamos refiriendo a adolescentes policonsumidores, donde destacan dos tipos de sustancias: el alcohol y el cannabis. El consumo de cocaína también se presenta con unos niveles de frecuencia e intensidad muy importantes. El uso y abuso está íntimamente relacionado con su situación laboral, escolar, familiar y de relaciones sociales.

2.2. Perfil del adolescente en tratamiento

El 81,4% son varones frente al 18,6% de mujeres

La edad media de los adolescentes es de 18,2 años.

Procedencia de las familias: Mayoritariamente español, un 85,5% frente a un 14,2% extranjero.

Acuden al programa a través de amigos, familiares y directamente al centro.

Asimismo también queda reflejado que casi el 45% de los adolescentes que acuden con sus familias a los centros de Proyecto Hombre habían recibido con anterioridad algún tipo de tratamiento previo :

Un 34% de los adolescentes ya contaban con antecedentes de tratamiento psicológico-, un 12% procedían de centros específicos de drogodependientes y casi un 10% recibieron tratamiento psiquiátrico.

Podemos observar que la mayoría de los adolescentes que reciben tratamiento en nuestros centros residen con sus padres, un 61,4% y un 20% con su madre frente a 1, 8% con el padre.

En cuanto a la relación del adolescente con su madre es ligeramente mejor que con el padre e igualmente la relación con los hermanos es mejor que con cualquiera de los padres, siendo el segundo hermano, con el que mejor relación mantiene el adolescente.

Datos escolares y laborales : Un 53,3% están estudiando actualmente, un 17% trabaja y el 3% estudia y trabaja simultáneamente. Sin embargo el 25,5% no tienen ninguna ocupación. Y el 1,2% no encaja en ninguna de estas situaciones ya que se encuentran en ambientes protegidos.

No obstante, tampoco podemos obviar el fracaso escolar, cuya edad media de abandono de estudios se sitúa en un 15,9 años y un 46% de los chicos que acuden a nuestros centros han abandonado sus estudios. El principal motivo de este abandono se debe a los malos resultados académicos.

Relaciones con los amigos: La media de amigos íntimos que los entrevistados dicen tener se sitúa en 3, de los cuales, 2 suelen consumir alcohol regularmente, y uno cannabis, sin aparecer apenas el consumo de otras drogas ilegales.


2.3 Perfil de los padres que acuden a Proyecto Hombre

La edad media de los progenitores acompañantes es de casi 50 años para el padre y cerca de 46 años para la madre .

Acerca del estado civil predominan los casados alrededor de un 80% . En segundo lugar, se sitúan los separados o divorciados con un 12% y como pareja de hecho un 5%.

Situación laboral: Un 84% a de los padres está en activo o trabajando, frente a un 60% de la madre. Respecto a la tasa de desempleo o baja laboral, los padres se sitúan en un 8% y las madres en un 14%. Estos datos son significativos si tenemos en cuenta que un 22% de las madres se ocupan exclusivamente de las tareas del hogar.

Motivo por el que solicitan ayuda en Proyecto Hombre: Los problemas de conducta social, la situación familiar y los problemas escolares.

Opinión de los padres sobre los amigos. Está relacionada con el nivel de implicación y grado de conocimiento que tienen los padres con el entorno social de los hijos. Saber qué amigos conocen, cuáles no, en qué grado, cuál es su opinión… todos estos factores indican el grado de comunicación en el ámbito familiar. Según nuestra encuesta, los padres conocen sólo a algunos amigos de los hijos, con lo cual el grado de conocimiento se sitúa en un nivel regular o malo.

Cumplimiento de normas familiares: El 63,9% de las familias informan de conductas disruptivas (cuidado higiene personal, ausentarse sin avisar, comer con la familia, ausentarse días sin avisar)

Consumo familiar: Es importante conocer los hábitos familiares del entorno del adolescente. Según los datos extraídos, los padres reconocen un mayor consumo en alcohol, un 22% frente al 8,5% de las madres. No obstante cuando nos referimos al tabaco las cifras casi se igualan, un 21% para hombres y casi un 19% para mujeres. Sobre las drogas ilegales, los padres consumen más cocaína, cannabis y heroína, sin embargo, en las madres sólo observamos casos esporádicos.

Valoración subjetiva familiar: Un 64% de las familias informan de la existencia de conductas disruptivas. Falta de respeto en la familia, agresiones familiares, peleas y hurtos.


3. CONCLUSIONES

Es llamativo que una gran parte de los jóvenes, el 44,6% no era la primera vez que había recibo algún tipo de ayuda para intentar resolver el problema principal que motivaba el consumo. El hecho de que las demandas sean recurrentes indica que, en muchos casos, la gravedad de los problemas que presentan es elevada y que, por tanto, requieren una intervención indicada de cierta intensidad.

La detección de los trastornos psicopatológicos (de personalidad, ansiedad, control de impulsos, estado de ánimo… derivados del consumo de drogas, hace más difícil la intervención y el proceso de recuperación.

Los chicos/as que llegan a nuestros centros de Proyecto Hombre muestran algunas conductas agresivas: falta de respeto, peleas y hurtos. Con una prevalencia entre el 10% y el 15% se encuentran los daños en el mobiliario urbano, los robos y las agresiones.

Se ha demostrado en muchos estudios que los jóvenes que consumen drogas tienen más probabilidad de convivir con padres separados que con ambos padres. Por lo que se refiere a nuestra encuesta, la mayoría de los jóvenes vivían en el momento de la entrevista con sus dos padres, si bien, un 20%, vive con la madre.

La explicación de por qué los adolescentes consumidores tienen más probabilidades de convivir en familias monoparentales tiene que ver con la mayor dificultad para ejercer una labor de control y supervisión sobre los hijos. La alta tasa de jóvenes que participaron en nuestro estudio, que viven solamente con uno de los padres, parece confirmar esta observación.

A modo de conclusión podemos decir que la alta preocupación de los padres ante los problemas que presentan sus hijos, incide en una alta motivación y deseo de implicación en su proceso de recuperación. Por este motivo, cada año observamos un incremento de la demanda de las familias que llegan a Proyecto Hombre. De 3 padres que acuden a la primera entrevista,2 ven la necesidad de que su hijo reciba tratamiento para solucionar el consumo problemático y sus conductas disruptivas.