A partir de hoy 10 de enero, la frase «Vietato fumare» inundará los espacios públicos de Italia. La prohibición del consumo de tabaco va a afectar, entre otros, a tiendas, hoteles, bares, restaurantes y teatros, que no tengan salas para fumadores correctamente aisladas. La población italiana cuenta con unos 15 millones de fumadores.

Además de vetar el hábito, la legislativa aprobada por el Gobierno de Berlusconi especifica que los trabajadores que no avisen a la policía cuando uno de los clientes se niegue a apagar su cigarrillo podrán ser sancionados.

Concretamente la ley establece la posibilidad de multar a los dueños con 2.000 euros o con la retirada de la licencia. En cuanto a los fumadores, la cuantía de la sanción no excederá los 250 euros. También se impondrán sanciones por no emplazar correctamente las señales que avisan de la prohibición.

Según ha informado el diario italiano «Corriere della Sera», «los espacios públicos, los privados que estén abiertos al público y las empresas tendrán que nombrar a un controlador que intervenga en el caso de que se infrinja la ley y que llame a la policía local o a los guardias de seguridad si el delincuente continúa fumando».

Este requisito no ha sido muy bien acogido por el sector de la hostelería. «Se nos está forzando a realizar el papel de sheriff», ha señalado Edi Sommariva, presidente de la asociación de bares y restaurantes Confcommercio. «Nos piden que seamos confidentes, pero no deseamos malograr nuestra relación con los clientes».

Por otro lado, la agencia informativa Reuters señala que «los dueños de bares y los restauradores también se quejan porque los edificios medievales y renacentistas en los que están localizados muchos de sus negocios no son lo suficientemente fuertes como para soportar la renovación que habría que hacer para crear salas de fumadores».

En este sentido Sommariva ha declarado, en palabras recogidas por Europa Press, «que la creación de estas áreas costará unos 300 euros por metro cuadrado a los propietarios de los locales […] por ello, solamente el 10% de los restaurantes italianos considera conveniente crear una zona para fumadores.» Y añadió que el 90% restante prohibirá el consumo por completo.

Sin vuelta atrás

A pesar de estas quejas, que amenazan con llegar incluso a los tribunales, el ministro de salud italiano, Girolamo Sirchia, se niega a posponer más la ley. De hecho, el diario británico «The Times» señala que el político ya retrasó la implantación en dos ocasiones para permitir que los italianos fumasen durante las Navidades.

«El público está cansado de asfixiarse con los humos cuando están trabajando y en las zonas de ocio, a pesar de las quejas de unos pocos tenemos el deber de continuar por este camino», ha indicado Sirchia.

Las multinacionales han declarado que no se opondrán a la ley y han matizado que el principal beneficiado por los cigarrillos es el estado italiano.

Una organización de fumadores -«Associazione dei fumatori cortesi e non-fumatori tolleranti»- mostró este fin de semana su oposición organizando una fiesta por y para el consumo de tabaco.

Primeras sanciones

Las primeras multas no se han hecho esperar. Pocos minutos después de la medianoche, un joven que fumaba en un bar de Napolés fue sancionado con 27 euros de multa.

Un local de esta misma ciudad también fue sancionado, en este caso con 50 euros, por no haber puesto los carteles reglamentarios que informan de la prohibición.