El Informe Mundial sobre Drogas 2025 de la UNODC, lanzado con motivo del 26 de junio, Día Internacional del Uso Indebido y Tráfico Ilícito de Drogas, saca  a la luz la situación mundial en materia de sustancias psicoactivas. Así la cocaína es la sustancia que más crece alcanzando nuevos máximos y convirtiéndose en la droga ilícita con mayor crecimiento en el mercado.

La producción ilegal de esta sustancia se disparó a 3,708 toneladas, casi 34% más que en 2022. Las incautaciones mundiales alcanzaron un récord de 2,275 – lo que supone un aumento de 68% con respecto a 2019-2023. El consumo creció de 17 millones de usuarios en 2013 a 25 millones en 2023. 

El informe señala también que los traficantes están encontrando nuevos mercados en Ásia y África. Un cambio sustancial, pues hasta el momento el tráfico de cocaína se había delimitado mayoritariamente a América Latina. También se está extendiendo a Europa Occidental y crecen los grupos de delincuencia organizados en los Balcanes Occidentales.

A nivel mundial, también cabe destacar la expansión del mercado de drogas sintéticas, especialmente de las estimulantes como las anfetaminas y las metanfetaminas. Estas incautaciones alcanzaron un máximo histórico en 2023 y representaron casi la mitad de las incautaciones globales de las drogas sintéticas, seguidas de los opioides, incluido el fentanilo.

Desde la UNODC aseguran que el tráfico ilícito de drogas genera cientos de miles de millones de dólares al año para los grupos del crimen organizado, razón por la cual, estas organizaciones criminales innovan constantemente para aumentar la producción, encontrar nuevas formas de tráfico, utilizar la tecnología para encriptar comunicaciones y potencializar la distribución. Esto obliga a que las instituciones encargadas de luchar contra el narcotráfico y las redes de delincuencia deban invertir en tecnología y formación altamente especializada para enfrentar los retos contemporáneos que presenta la cadena de suministro de drogas.

Impacto por el uso de drogas

Los trastornos por consumo de drogas representan un costo enorme para las personas, las comunidades y los sistemas de salud. El creciente alejamiento del multilateralismo y la reasignación de recursos podrían intensificar el problema, señala el Informe.

El costo social por no abordar los trastornos vinculados con el uso de drogas es elevado – casi medio millón de muertes y 28 millones de años de vida saludable se perdieron por discapacidad y muertes prematuras (AVAD) en 2021. Se calcula que sólo una de cada 12 personas con trastornos por consumo de drogas recibió algún tipo de tratamiento en 2023. Factores como las políticas públicas contextualizadas y la disponibilidad de servicios de salud y sociales basados en la evidencia pueden ayudar a mitigar el impacto del consumo de drogas en las personas y las comunidades.

Se puede consultar el informe completo aquí.