El uso de la cocaína está en auge entre los consumidores de sustancias estupefacientes, en detrimento de la heroína, pese a que ésta sigue ocupando la mayor parte de los casos de intervención.

Según los datos del 2002 de la Unidad de Conductas Adictivas del área 18, las intervenciones en casos de heroína llegan al 46% mientras que en la cocaína alcanzan el 27%.

Es más relevante cuando se comparan con los datos de 1999, cuando el consumo de cocaína no llegaba al 25% de los casos tratados en las UCA.

Estas dos sustancias son las mayoritarias, en comparación con otras como el cannabis, cuyas intervenciones apenas alcanzan el 10% de los casos. Existe otro tanto destinado al consumo de otras sustancias como anfetaminas.

Sin embargo, lo que más preocupa a los expertos es el uso de drogas de nuevo diseño como el speed o el éxtasis. «Nadie te puede asegurar un control lo que se vende», asegura Alberto Sancho, «por lo que no se sabe lo que lleva».

Este tipo de droga, fundamentalmente química, está elaborada «buscando obtener el máximo placer al menor coste económico posible», según Sancho. «Sus efectos sobre el riñón, el hígado o el corazón no les importan a los que crean estas drogas», añade el experto.