La muerte de dos jóvenes en una macrofiesta de Málaga presuntamente tras consumir varias pastillas de éxtasis ha disparado la alarma sobre los efectos letales de esta droga. El Instituto Nacional de Toxicología ha señalado que este estupefaciente sintético es «cada vez más puro, lo que triplica sus ya de por sí letales consecuencias».

«Los jóvenes que consumen éxtasis están jugando a la ruleta rusa». Así de claro se ha mostrado el Instituto Nacional de Toxicología para salir al paso de la polémica surgida tras la muerte de dos jóvenes de 19 y 20 años, presuntamente al consumir éxtasis, en una macrofiesta celebrada en un pabellón de deportes de Málaga.

El jefe del Servicio de Información del instituto, el psiquiatra José Cabrera, explicó ayer que el fallecimiento de los dos jóvenes es «muy significativo», porque pone de relieve que esta droga sintética está cada vez «menos cortada», a lo que se añade que ahora se mezcla con alcohol, en vez de agua, y que hay un gran desgaste físico por el baile. Para el Instituto Nacional de Toxicología, la mayor pureza detectada en las últimas dosis de éxtasis incautadas llega incluso a triplicar sus consecuencias letales.

«Los jóvenes no saben lo que consumen. Desconocen si la pastilla no tiene casi MDMA -metilen-dioxi-metil-anfetamina, el principal componente del éxtasis o si tiene 150 miligramos, que es la cantidad a partir de la que se considera que hay toxicidad y puede matar a una persona», añadió Cabrera.

Ni los camellos lo saben

Los únicos que saben la cantidad de MDMA que contienen las pastillas son los que las fabrican, «ni siquiera los camellos», y la razón de que se haya aumentado la concentración de droga es, a juicio de Cabrera, «únicamente, la ley de la oferta y la demanda». Cabrera señaló que el de Málaga es el primer caso de «intoxicación multitudinaria» -es decir, en el que se han intoxicado varias personas en un lugar público- y recordó que en España, desde que en 1994 hiciera su aparición la mal llamada droga del amor, «no pasan de 10» las víctimas mortales. El último episodio letal relacionado con el éxtasis se produjo este verano en Gijón, cuando un joven murió tras consumir «dos o tres pastillas».

Los síntomas de una sobredosis de esta droga de diseño, según el Instituto Nacional de Toxicología, son muy parecidos a los que se sufre tras un golpe de calor. El consumidor empieza presentando altas temperaturas, alcanzando incluso los 41 grados; el corazón registra hasta 200 pulsaciones por minuto; las respiraciones ascienden de 15 a más de 30 por minuto; y todo desencadena en cuestión de minutos en un «shock multiorgánico, fracasa todo el metabolismo y no hay solución, porque contra el éxtasis no hay ningún antídoto», lamentó José Cabrera.

Consecuencias a largo plazo

Los efectos a largo plazo del MDMA son igualmente destructivos. Según las mismas fuentes del Instituto Nacional de Toxicología, si una persona «normal y sana» pierde diariamente 1.000 neuronas a partir de los 20 años, un consumidor de esta droga de diseño ve aumentar este porcentaje hasta las 5.000.

Los padres de Iván García, de 19 años y natural de Huelva, y de Joaquín Barragán, de 20 y vecino de Málaga -los dos fallecidos en la fiesta de Málaga-, ultiman ya la recogida de todos los datos referidos a las muertes para presentar la querella anunciada. Iván fue enterrado el lunes por la mañana en su ciudad natal, mientras que el cuerpo de Joaquín Barragán permanecerá en el camposanto malagueño hasta que se autorice su cremación, paralizada ayer por el juez a la espera de los estudios forenses.