Un nuevo estudio científico demuestra que fumar cigarrillos de forma esporádica durante el embarazo origina daños en el feto, que se traducen en cambios en el comportamiento de los neonatos similares a los niños nacidos de madres que consumen drogas ilegales. Las mujeres que, durante el embarazo, consumen entre seis y siete cigarrilos al día dan a luz a niños y niñas mucho más inquietos y difíciles de consolar que los nacidos de las no fumadoras.

Esta es la principal conclusión del trabajo que hoy publica la revista estadounidense «Pediatrics» y que ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Brown. Karen Law, coordinadora de este equipo, ha demostrado que dosis elevadas de nicotina en las embarazadas producen mayor estrés en el feto.

Marcador de nicotina en saliva

«Tenemos una droga legal, la nicotina, que produce los mismos efectos tóxicos que las drogas ilegales como la heroína o el crack», se lamenta esta experta en toxicología que ha analizado el comportamiento y estado de salud de niños, a partir de las cuarenta y ocho horas de su nacimiento, de madres fumadoras.

Los científicos utilizaron por primera vez un marcador de nicotina para detectar esta sustancia en la saliva de las embarazadas, y excluyeron a aquellas que, además, consumían drogas ilegales, antidepresivos y alcohol.

Estudios anteriores habían concluido que fumar diez cigarrillos diarios durante el embarazo se traducía, entre otras cosas, en el nacimiento de niños con bajo peso. También se había determinado una conexión entre la nicotina y la muerte súbita infantil.

Muerte súbita

Un trabajo de investigadores franceses del Instituto Pasteur, publicado el pasado año en «Proceedings» de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, relacionaba estrechamente el consumo de tabaco durante el embarazo con fallecimientos de neonatos sin causa conocida, argumentado que esta sustancia del tabaco interfiere en los receptores que controlan la respiración y el despertar durante el sueño.

Ahora, estos científicos de la Universidad de Brown han encontrado por primera vez una relación causa-efecto con sólo seis cigarrillos en el comportamiento de los neonatos que «suelen estar anormalmente rígidos y tensos, con gran estrés que afecta principalmente a los sistemas central, gastrointestinal y visual.

Otro de los investigadores que ha participado en este estudio, el doctor Barry Lester, se lamenta de que las autoridades sanitarias y sociales de Estados Unidos no intervengan, a pesar de que el cigarrillo causa en el feto los mismos efectos nocivos que las drogas ilegales. El 18 por ciento de las mujeres estadounidenses, según las estadísticas, fuma durante el embarazo y entre el 3 y el 5 por ciento consume, además, cocaína.

Desde hace tiempo se conoce el proceso de absorción de la nicotina por parte del organismo. Cuando un fumador inhala un cigarrillo, esta sustancia pasa directamente a los pulmones y a la sangre. En sólo siete segundos una cuarta parte de la nicotina ha llegado al cerebro, a través de la arteria pulmonar.

Es allí donde ejerce su acción sobre el sistema nervioso central. Según diversos estudios, esta relación casi inmediata entre la inhalación del humo del cigarrillo y su rápido efecto en el cerebro es uno de los factores que contribuye a su elevado poder adictivo.

Diferencias metabólicas

Respecto a las diferencias metabólicas de la nicotina, a principios del pasado año se publicó un curioso trabajo en la revista del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, en el que se concluía que los fumadores estadounidenses de raza china absorben menos nicotina por cigarrillo y la metabolizan de forma más lenta que los latinos y caucásicos.

El profesor Benowitz, de la Universidad de California, señaló entonces que habían detectado una menor incidencia de cáncer de pulmón entre los fumadores de raza china, debido a una menor actividad de enzimas activadoras de carcinógenos.