El programa de intercambio y el servicio de recogida sacan de la calle más de 350.000 usadas durante el 2019

Una de las consecuencias más visibles de la droga es la de dejar tirados utensilios usados a merced de cualquiera, en un rincón, ya sea en un parque o en una plaza. Una jeringuilla usada en una acera, en un descampado o en el césped genera cierta sensación de alarma, en unos barrios más que otros. En La Mina, por desgracia, es algo más o menos habitual que, durante años, entidades privadas y administración públicas han peleado por reducir.

En el último lustro, la zona de Sant Adrià ha vivido momentos de máximos en lo que a la venta de droga se refiere, y algunos de sus enclaves, como el Parc del Besòs, han sufrido el impacto directo. Pero el barrio adrianense hace esfuerzos titánicos para evitar que ese impacto influya en la forma de vida de su vecindario, y prueba de ello son las más de 350.000 jeringuillas usadas que se sacaron de la calle, de una forma u otra, durante el 2019.

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