El último incremento del precio del tabaco en la ciudad de Nueva York, que se hizo efectivo el 2 de junio con un aumento de 1,25 dólares por cajetilla (casi 80 céntimos de euro), ha triplicado la cifra de personas que se han puesto en contacto con el servicio público de la ciudad para dejar de fumar, según ha hecho público el Departamento de Sanidad.

Durante la semana siguiente a la subida del precio, un total de 2.700 fumadores solicitaron ayuda al servicio telefónico de ayuda para abandonar el tabaco. Una cifra tres veces superior a la registrada durante la misma semana del año anterior, cuando se recibieron 850 llamadas.

El Departamento de Sanidad de la ciudad ha anunciado las cifras como muestra del efecto positivo que provoca un fuerte incremento del precio de los cigarrillos, que ahora se sitúa entre los ocho y los diez dólares.

Según el Ayuntamiento, Nueva York es actualmente la ciudad que vende el tabaco más caro de todo Estados Unidos. La compra de un paquete diario supone un gasto anual de unos 3.000 dólares.

Además de las 2.700 llamadas, un total de 1.600 fumadores solicitaron parches de nicotina en los centros de salud que tiene el Departamento repartidos por la ciudad.

Según el Departamento de Salud, incrementar el precio del tabaco ha demostrado ser la manera más efectiva para motivar a los neoyorquinos para que dejen de fumar.

El incremento de los impuestos que se hizo en 2002 contribuyó a que, en los cinco años siguientes, un 21% de la población dejara de fumar. Además, el descenso de fumadores fue de un 52% en los centros de enseñanza media.