El consumo de alcohol en España es alarmantemente elevado, especialmente entre los hombres, con una edad de inicio preocupantemente temprana, alrededor de los 14 años. Esta realidad, reflejada en datos de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas (EDADES), representa un grave problema de salud pública, con consecuencias que van desde la disminución de la calidad de vida hasta el desarrollo de enfermedades graves como ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, la dificultad reside en que los primeros síntomas del alcoholismo suelen pasar desapercibidos, normalizados incluso, dificultando la detección temprana y la búsqueda de ayuda.

Expertos de la Mayo Clinic destacan la importancia de identificar señales tempranas que, a menudo, se ignoran o se justifican con excusas superficiales. El alcoholismo, o trastorno por consumo de alcohol, se caracteriza por una pérdida de control sobre la ingesta, una búsqueda compulsiva de alcohol, y la incapacidad de dejar de beber a pesar de la consciencia de las consecuencias negativas para la salud física y mental. Este trastorno afecta el sistema nervioso central, generando una dependencia que se manifiesta de diferentes maneras.

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