El Colegio de Farmacéuticos de Barcelona ha presentado un prospecto sobre el uso terapéutico del cannabis, el primero que se publica en España, para disminuir los riesgos asociados al consumo del mismo en los pacientes que deciden tomarlo para paliar los efectos secundarios de algunas patologías.

Según las indicaciones no registradas legalmente, pero recogidas en este prospecto, el cannabis es útil en casos de esclerosis múltiple y problemas de médula espinal, ya que actúa contra el dolor, los espasmos y convulsiones musculares.

También reduce el dolor en enfermos de cáncer y sida, disminuye los vómitos y las náuseas como efectos secundarios de la quimioterapia, la radioterapia y la medicación antirretroviral, y es un estimulante del apetito.

El cannabis es útil en dolores crónicos de origen nervioso, y ante el Síndrome de Guilles de Tourette ayuda a detener los tics que causa esta enfermedad.

Desde el Colegio de Farmacéuticos se reconoce que en España no está permitido el uso terapéutico del cannabis pero apunta que hay muchos pacientes que lo consumen con finalidad terapéutica, lo que a su juicio tiene sus riesgos «por la carencia de control médico y la variabilidad de principios activos de la planta».

La nueva guía, que se puede consultar en la página web del colegio, remarca que el cannabis no juega ningún papel en la curación de estas dolencias, y que sólo en algunos casos y ante el fracaso de los fármacos existentes para abordarlas, puede ayudar a aliviar sus síntomas.

Aseguran que como no está permitido el cannabis, tampoco está controlado y estandarizado el porcentaje de principios activos de la planta que se consume en el mercado, y esto hace muy difícil un control suficiente que permita una buena dosificación y un seguimiento de su uso, así como dar datos realistas sobre la planta y los efectos que produce.

Desde el colegio se asegura que en ningún momento se está efectuando apología del cannabis, ni se pretende incitar a su consumo, y que sólo pretenden ofrecer información para un uso responsable, sin entrar en valoraciones.

La entidad colegial espera que «las autoridades sanitarias decidan dar un paso de normalización y asuman que la mejor manera de eliminar riesgos y controlar tanto la calidad de la planta como la actuación de los pacientes, es ubicándola en los circuitos sanitarios legalmente establecidos y bajo control médico y farmacéutico».