Campaña de concienciación

«Esa es una cantidad espantosa de muchachos», dijo Charlene Lewis, directora interina de la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Drogas, que emitió el informe.

El estudio, basado en una encuesta grande a hogares sobre uso de drogas, halló una pequeña disminución en el número de jóvenes que manejaron bajo los efectos del alcohol o las drogas entre el 2002 y el 2003. En el 2002 el 22 por ciento lo hizo, y el año pasado el 20 por ciento.

Sólo el 4 por ciento de los jóvenes encuestados reportaron que fueron arrestados o fichados por manejar intoxicados el año previo a la entrevista.

El informe fue divulgado el miércoles previo a la víspera de Año Nuevo, con la esperanza de concienciar a algunos sobre el tema en una noche en que los riesgos de tomar y manejar son elevados, dijeron funcionarios federales. Los accidentes vehiculares son la causa principal de muertes entre la gente joven.

La información, obtenida de entrevistas cara a cara en hogares con personas mayores de 12 años, fue parte de la Encuesta nacional sobre Salud y Uso de Drogas.

Los jóvenes fueron más propensos a tomar alcohol y luego manejar: 17 por ciento admitieron hacerlo. El 14 por ciento dijo haber manejado después de haber consumido drogas ilegales, y el 8 por ciento reportó manejar luego de consumir una combinación de alcohol y drogas.

Los índices fueron más altos en la región central y entre quienes viven fuera de las áreas metropolitanas del país.

Los investigadores no contaron con información para comparar los índices de 2002-2003 con años anteriores, pero una encuesta similar de conducta de jóvenes halló que la práctica de manejar en estado de ebriedad bajó entre 1984 e inicios de la década de 1990, cuando se realizaron campañas en los medios de comunicación que decían que los «amigos no dejan que sus amigos manejen en estado de ebriedad», e instaban a la gente que va a fiestas a que escogiera a alguien para que sea el chofer designado del grupo.