Con el dinero que los narcotraficantes gallegos se embolsan en un año se podría construir el túnel de Lubián, imprescindible para unir Galicia con la Meseta a través del AVE. Las mafias que introducen droga en Galicia tienen unos beneficios anuales que rondan los 1.470 millones de euros, una cifra similar a los ingresos que prevé Navantia, la empresa que sustituye a la antigua Izar, para el próximo año. Semejantes cantidades dan una idea de lo que se le escapa a Hacienda por los agujeros negros que horadan los narcotraficantes para ocular sus actividades ilegales.
El dato es, por supuesto, aproximado, porque los que se dedican a tan prósperos negocios no dan cuenta al final de año de sus ingresos. Pero se calcula que la droga que se aprehende en España es sólo un 25% de la que circula.

En el año 2003, uno de los más exitosos para las fuerzas del orden, se confiscaron 48.000 kilos de cocaína y 727.000 de hachís. El kilo de cocaína se vende a unos sesenta mil euros, y el de hachís, a mil. Pero eso es la cantidad incautada, y para sumar la que aproximadamente escapó de los controles policiales habría que multiplicarla por cuatro. Todo ello da una disparatada cifra de 13.800 millones de euros, una cantidad que supera con creces los presupuestos de la Xunta del presente año, que no suben de los 9.090 millones de euros.

La cocaína gallega
Con todo, eso son los resultantes del tráfico de drogas en toda España. Este año, la mitad de la cocaína se incautó en Galicia, en su mayoría a través de las operaciones coordinadas por el juez Vázquez Taín. La cantidad de hachís que llega la comunidad es, sin embargo, muy inferior, ya que mayoritariamente entra en la Península por el Estrecho y por las costas del Mediterráneo. Así las cosas, en la comunidad se incautaron, aproximadamente, 20.400 kilos de cocaína y 2,500 de hachís. Multiplicar esa cantidad por cuatro daría una cifra aproximada de lo que entró realmente, y traducida esa cantidad en euros, resultarían 4.900 millones.

La riqueza oculta
Para hacer cuentas con las drogas es necesario acostumbrarse a trabajar con cifras seguidas de muchos ceros, incluso si se habla en euros o en dólares. Esos 4.900 millones de euros de beneficios anuales podrían formar parte de la riqueza oculta de Galicia en los mejores años de Laureano Oubiña o Manuel Charlín, cuando los narcos gallegos contaban con la confianza de ios colombianos e iban a partes iguales, pero hoy en día el millar de ciudadanos que en la comunidad se dedica a estos negocios son meros transportistas que se quedan con un 30% del beneficio, ya sea pagado en dinero o en especie. Por eso, de los 4.900 millones resuItantes, «sólo» 1.470 no cruzan el Atlántico con dirección a América o se pierden en los paraísos fiscales de las grandes mañas internacionales. Se quedan en Galicia.

El de la droga es uno de los negocios más fructíferos, una de las mejores multinacionales del planeta. Se supone que representa el 8% del comercio mundial. Clientes no les faltan. Se calcula que el año pasado una de cada veinte personas consumió en el mundo algún tipo de sustancia ilegal o, lo que es lo mismo, doscientos millones de individuos, lo que supone un 5% de la población entre 15 y 64 años. En pagarse el vicio se gastaron 266.000 millones de euros, que es el 0,9% del PIB mundial y supera el de muchos países.
Con tan escaso riesgo, no es raro que los jefes encuentren siempre obreros, que trabajen para la multinacional…