El Observatorio Europeo de Drogas ha publicado un análisis de la situación del consumo de estupefacientes en los diez nuevos Estados miembros de la Unión Europea (UE), y una revisión de sus políticas al respecto; algunas de ellas han sido asesoradas por España.

Los monográficos arrojan un panorama marcado por la heroína y por la falta de información. Así, hay varios países donde no existe ningún dato sobre la cantidad de consumidores problemáticos de drogas (Eslovaquia, Letonia, Hungría y Chipre) y en otras naciones son parciales o antiguos. Por lo demás, casi todos los nuevos Estados miembros tratan de reorganizar sus estrategias y reforzar los programas de reducción del daño.

*Eslovaquia. Su plan preventivo fue diseñado por la Organización Mundial de la Salud, pero el consumo está empeorando, ya que, aunque faltan datos fiables, sondeos realizados entre 1994 y 1996 ya mostraron un incremento de dos tercios en el consumo entre personas de entre 15 y 64 años.

Dos terceras partes de los pacientes que requieren tratamiento son heroinómanos, y crecen los que son tratados por adicción a los estimulantes.

Aunque el país dispone de programas de reducción de daños -sobre todo intercambio de jeringuillas-, su cobertura es limitada.

*Eslovenia. Dispone de un Instituto de Salud Pública que produce un informe anual sobre la situación de las drogas en el país. Se estima (aunque no hay datos) que el cannabis es la droga de mayor consumo experimental, y la heroína es la más relevante en cuando a adicciones.

Según el informe, Eslovenia «es el único de los nuevos Estados miembros que ofrece tratamientos sustitutivos adecuados, con una red de 17 centros repartidos por todo el país».

*Polonia. La heroína es la que da más problemas, pero lo cierto es que registra un muy bajo consumo de drogas, concentrado sobre todo en la capital, Varsovia. Eso sí, se está percibiendo un aumento de la gente que entra en tratamiento por cannabis y anfetaminas.

Es el país de Europa central y del Este con mayor tradición de comunidades terapéuticas (la primera fue creada en 1978), y desde 1986 lleva a cabo actividades de reducción del daño, que tienen un amplio respaldo político, y no son accesibles en todo el país.

*Malta. En un país tan pequeño el 90 por ciento de los adictos reciben tratamiento en la Unidad Ambulatoria de Abuso de Sustancias, casi todos por heroína.

Para final de este año preparará una estrategia nacional de drogas con la asesoría del Proyecto Twining.

*Lituania. Entre 1995 y 1999 creció el uso experimental de sustancias adictivas entre estudiantes, con el cannabis a la cabeza.

La cantidad de gente que ha pedido tratamiento por abuso de drogas se ha multiplicado por ocho desde 1991. La mayoría son adictos a los opiáceos (84 por ciento), seguidos a mucha distancia los estimulantes (3 por ciento).

Muchas veces los pacientes deben pagar por el tratamiento. Los hay sustitutivos con metadona (desde 2002 se van descentralizando para aumentar su accesibilidad) y también hay algunos programas con buprenorfina.

En los últimos tres años ha formulado su política de drogas de acuerdo con los requerimientos internacionales, con énfasis en la coordinación de los sistemas regionales y nacionales.

*Letonia. En febrero se creó como centro de referencia en drogas la Agencia Estatal de Adicciones dentro del Ministerio de Salud.

El cannabis es la droga más consumida por los jóvenes de entre 13 y 15 años. A diferencia de otros países, una alta proporción (7 por ciento) en 1999 decía haber probado la heroína -fumada- al menos una vez.

Durante muchos años, la mayor parte de las peticiones de tratamiento eran por abuso de opiáceos. Pero este grupo se ha reducido, a la vez que aumenta el tratamiento por adicción a anfetaminas.

Los programas de reducción de daño son sobre todo intercambio de jeringuillas. Hay uno de metadona en Riga desde 1996 y se prevé otro para este año.

Hubo un plan de drogas 1999-2003 que no se aplicó del todo por falta de fondos y ahora el desarrollado para 2004-2008 ya está previsto que pase por Consejo de Ministros. Busca sobre todo incidir a la vez sobre la demanda y la oferta.

*Hungría. Históricamente los pacientes en tratamiento eran sobre todo adictos a los opiáceos, pero esa proporción se está reduciendo. El segundo grupo es el de los consumidores de sedantes y luego cannabis.

Hace muchos años que se hacen programas de reducción de daños pero sólo recientemente ha recibido respaldo político y profesional. En la práctica siguen teniendo cobertura limitada. Desde 2000 hay una estrategia nacional de drogodependencias surgida del parlamento. Se basa en prevención y reducción de la demanda.

*Estonia. Uno de los países con peor punto de partida, ya que la prevención primaria varía en función de cada centro, el tratamiento se da en unos pocos hospitales y las acciones de rehabilitación están muy poco desarrolladas. Eso sí, las de reducción del daño han aumentado en Estonia en los últimos años. Los municipios han empezado a financiar este tipo de programas y se ha establecido el primer centro destinado a ello al norte de Tallín. Este año debe adoptar una nueva estrategia de drogas basada en los criterios de la UE.

*Chipre. No hay aún programas de reducción de daño pero se consideran cruciales dentro de la estrategia nacional de drogodependencias, incluidos los de intercambio de jeringuillas y los de sustitución con metadona. Dentro del programa Twinning, ha elaborado un primer borrador de su Plan de Acción 2004-2008.

*República Checa. Las drogas más consumidas son el cannabis y después el éxtasis. Las estimaciones realizadas entre 1999 y 2002 sugieren que la cantidad de usuarios de otras drogas se ha mantenido estable en torno a los 35.000-37.000. La cocaína tiene muy poca prevalencia.

La droga que provoca más tratamientos es el éxtasis, seguida de cannabinoides y opiáceos.