El tabaquismo es un factor de riesgo definitivo para el desarrollo de diversas formas de cáncer como el de mama, cérvico uterino, pulmonar, prostático; además de padecimientos del corazón y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), entre otras enfermedades, que no sólo ponen en riesgo la salud, sino que matan a 165 mexicanos al día por consumo de tabaco, lo que equivale a casi 60 mil decesos al año. Además, el número de fumadores se incrementó casi al doble en los últimos veinte años, al pasar de 9 millones en 1998 a 16 millones en 2008. La mayoría de éstos son mujeres.

Ante este panorama, y para prevenir y tratar este padecimiento, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) continúa con su programa de Clínica de Atención al Fumador, cuyo principal objetivo es rehabilitar a las personas que tienen esta adicción, para que puedan vivir libres del consumo de tabaco.

La psicóloga Josefina Cortés Miranda, adscrita a la Clínica de Atención al Fumador, ubicada en el Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, explicó que el tratamiento clínico del tabaquismo implica atención fisiológica y psicológica: la primera está diseñada para contrarrestar los efectos químicos de la nicotina, y la segunda, para ajustar la conducta de la persona respecto a su adicción, de tal forma que los patrones mentales que lo atan a su hábito, se modifiquen.

Los derechohabientes que así lo deseen, abundó la especialista, pueden acercarse a las Unidades de Medicina Familiar (UMF) del Seguro Social, donde se les canaliza a la Clínica de Atención al Fumador; allí se les realizan diversas pruebas para medir su nivel de adicción a la nicotina, además de exámenes físicos para determinar si tienen algún daño provocado por el consumo de tabaco.

Determinado el grado de dependencia, el paciente pasa por un proceso terapéutico que tiene una duración de nueve sesiones, en el que asiste a diversas pláticas sobre las consecuencias que tiene el tabaquismo en la salud, se le muestran técnicas para evitar la recaída y recibe apoyo grupal en el difícil periodo inicial de abstinencia, caracterizado por ansiedad, depresión, fatiga y dolores en distintas partes del cuerpo. Al terminar el proceso, el paciente es dado de alta.

Cortés Miranda exhortó a los derechohabientes que ya sufren de tabaquismo: “a que se concienticen los padres de familia, que son los primeros que ponen el ejemplo para que se dé el tabaquismo, que se enteren de los programas de salud, que acudan por lo menos a una plática sobre tabaquismo, que se enteren de las consecuencias. No nada más hay enfermedad, sino muerte por tabaquismo”.