Se desconocen las causas exactas de la muerte súbita en la cuna, o síndrome de muerte súbita del infante (SMSI), en el que los bebés mueren misteriosamente durante el sueño, pero acostar a los niños boca abajo y el tabaquismo de los padres son factores de riesgo.

Los científicos en el Hospital Real de Niños en Queensland, Australia hallaron que los niños que habían estado expuestos a sustancias del humo de tabaco en la vida intrauterina no despertaban tan fácilmente como los bebés de las madres que no habían fumado durante el embarazo.

«A una edad en que la incidencia del SMSI está en su máximo, los bebés de madres fumadoras reaccionan menos para despertar que los de madres no fumadoras (…) esto puede explicar en parte por qué estos bebés corren mayor riesgo de SMSI», dijo en un comunicado Anne Chang, una profesora asociada en el hospital, en la revista Archives of Disease in Childhood.

La investigadora y sus colegas realizaron pruebas de respuestas para despertar en 20 bebés de ocho a 12 semanas, edad en que es más común la muerte en la cuna. Todos los bebés eran sanos y habían nacido a término, pero la mitad de las madres había fumado durante el embarazo y la otra mitad no.

Mediante pruebas que determinan cambios fisiológicos y conductuales, que incluyen abrir los ojos y otros movimientos físicos, los investigadores hallaron menos reacciones entre los bebés que estuvieron en contacto con las sustancias del humo de tabaco antes de su nacimiento.

Los científicos sospechan que la nicotina en el humo de tabaco pueden tener un efecto en el sistema nervioso en desarrollo que puede alterar las respuestas para despertar.

EL SMSI es la causa principal de muerte de bebés menores de un año. La mayor parte de las muertes por el SMSI ocurre entre los dos y cuatro meses de edad y son más prevalentes en niños que en niñas.

Una campaña para alentar a los padres a que acuesten a sus bebés para dormir sobre la espalda ha conducido a una disminución en la cifra de muertes en la cuna.

Los médicos también creen que el 30 por ciento de las muertes de bebés podría prevenirse al no exponer a los bebés al humo.