En el marco de la 7ª Conferencia de la Alianza Europea frente al Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), el Grupo de Trabajo para la prevención del consumo de alcohol de la Comisión de Salud Pública emitió un documento que subraya la necesidad urgente de prevenir la exposición al alcohol durante el embarazo. Este trastorno, completamente prevenible, afecta significativamente al desarrollo físico, mental y emocional del feto, dejando secuelas permanentes.

Reconocer la prevención de la exposición al alcohol en el embarazo como una prioridad de salud pública es una de las principales recomendaciones del informe. Según este grupo de trabajo, cualquier consumo de alcohol durante la gestación representa un riesgo considerable para el desarrollo fetal. Los daños pueden abarcar un amplio rango, desde anomalías físicas hasta problemas conductuales y cognitivos. Ante esta realidad, se insta a todos los niveles de gobierno y a las entidades sociales y sanitarias a implementar acciones concretas para mitigar este problema.

El documento destaca cuatro prioridades esenciales para abordar este desafío:

Promoción de embarazos libres de alcohol: La prevención debe considerar los determinantes sociales y comerciales que influyen en el consumo de alcohol. Esto incluye ofrecer información precisa a las gestantes y sus parejas sobre los riesgos asociados al consumo de alcohol y fomentar entornos propicios para embarazos seguros.

Garantizar acceso a servicios de prevención y tratamiento: Los servicios de salud deben implementar estrategias integrales, como cribados y programas de intervención breve, dirigidas a personas en edad fértil, gestantes y lactantes. Estas acciones deben abordar también factores de riesgo psicosocial, como la violencia de género.

Desarrollar legislación específica: El grupo apoya el avance de una Ley de prevención del consumo de alcohol y sus efectos en menores de edad, que contempla advertencias de salud en el etiquetado de bebidas alcohólicas y restricciones comerciales.

Combatir la estigmatización: Es fundamental evitar la discriminación hacia gestantes que consumen alcohol y garantizar una atención inclusiva, respetuosa y libre de prejuicios. Las intervenciones deben promover el apoyo familiar y social, y proteger la privacidad de las pacientes.

Según el grupo de trabajo, este esfuerzo conjunto debe estar basado en principios éticos fundamentales, como el respeto a la autonomía de las personas gestantes, la protección de los derechos del feto y la eliminación de barreras que dificultan el acceso a servicios de salud de calidad. Además, es clave que las políticas públicas adopten un enfoque integral, sensible al género y que consideren la equidad en salud. Este enfoque permitirá generar un impacto positivo y duradero, beneficiando a las personas a lo largo de todo su ciclo de vida.

En cuanto al tema de la prevención del TEAF, no es solo una tarea de las autoridades sanitarias, sino una responsabilidad colectiva que requiere la colaboración activa de todos los sectores de la sociedad. La participación de medios de comunicación, entidades académicas y organizaciones de la sociedad civil es crucial para promover mensajes claros y accesibles sobre los riesgos del consumo de alcohol durante el embarazo.

Finalmente, el informe del Grupo de Trabajo para la prevención del consumo de alcohol establece un precedente importante en el diseño de políticas públicas dirigidas a salvaguardar la salud materno-infantil. Implementar estas recomendaciones permitirá no solo reducir la incidencia del TEAF, sino también avanzar hacia una sociedad más consciente y comprometida con el bienestar de las generaciones futuras.