El anuncio lo hizo el coronel Édgar Cárdenas, director de la Policía Antinarcóticos: la meta de erradicación forzada de cultivos de coca para 2023 será de 20.000 hectáreas, una reducción del 60% frente al año pasado, cuando la meta eran 50.000 hectáreas. Lo propio se espera que ocurra con relación al Ejército, que tenía esa misma meta para el año pasado y que ahora mismo se encuentra en mesa de trabajo liderada por el Comando General y el Ministerio de Defensa para trazar la meta de este año. La reducción en la meta es un giro radical frente a la estrategia a la que el gobierno de Iván Duque le confió todo su esfuerzo, pero que, al final, no sirvió.

El monitoreo del área sembrada de coca en el país que revelaron el Gobierno de Colombia y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) al cierre de 2022 fue una bofetada para la estrategia antidrogas de la administración Duque: su gobierno dejó los cultivos de coca en su máximo histórico, con 204.000 hectáreas en 2021.

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