A pesar de que el Trastorno por Juego de Apuestas sea, con mucho, una de las adicciones sin sustancia más estudiadas por la comunidad científica, siente la primera al ser incluida, en 2013, en el Manual Diagnóstico de Salud Mental (DSM), y a pesar de sea la adicción comportamental o sin sustancia con mayor prevalencia en la red de atención a las adicciones, es evidente que las recomendaciones de la comunidad profesional y los poderes económicos han tenido y tienen, en este ámbito, un choque de intereses.

Si hacemos una mirada en la evolución histórica del fenómeno, observamos como las cifras del gasto en juegos de apuestas en España habían ido disminuyendo progresivamente desde 2008 por la crisis económica. Pero con la aprobación de los juegos de apuestas en línea el 2012, con el crecimiento de su publicidad y con la aprobación de las máquinas tragaperras (principales responsable del juego patológico) en formato en línea en junio del 2015, la tendencia a la baja hizo un giro de 180° llegando a máximos históricos años posteriores.

El hecho que los juegos de azar sean una actividad de enorme relevancia económica en nuestro país, nos puede ayudar a entender porque todavía se permiten medidas que lo promueven, a pesar de ser una actividad que comporta mucho sufrimiento a miles de personas (tanto las directamente afectadas como sus familias y personas próximas).

Nos encontramos en un momento en que la crisis de la COVID 19 ha generado unos cambios significativos en las conductas dirigidas al ocio y el entretenimiento. La pandemia y el hecho que las apuestas deportivas se pararan durante este periodo podría explicar la disminución del juego con dinero entre el 2019 y el 2022 así como, por otro lado, un aumento en el consumo de videojuegos y uso compulsivo de internet.

Y es que, según los últimos datos del Observatorio sobre Drogas y Adicciones Comportamentales de Cataluña (OCDA), en materia de adicciones sin sustancia, en 2022, el 76% de inicios de tratamiento han sido motivados por el trastorno por juego de apuestas, seguido del trastorno por videojuegos (7%) y el sexo (6%). Hay que destacar que, como en el resto de adicciones, el género tiene una incidencia muy relevante tanto en cuanto a los porcentajes de inicio de tratamiento, con un 85% de hombres y un 15% de mujeres, como en la tipología de adicción, siente los juegos de apuesta la más presente tanto en hombres como en mujeres, mientras que la adicción al sexo tiene una mayor prevalencia en hombres y la adicción a las compras en mujeres.

Ante la pequeña bajada en juegos de apuestas que ha llevado la pandemia, nos encontramos que el principal acontecimiento mundial de la industria del juego y las apuestas, el ICE (International Casino Exhibition) y el acontecimiento IGB Affiliate, dedicado al marketing digital para la industria del juego (que finaliza esta semana sus 12 años de trayectoria en Londres) se trasladará a partir del 2025, y para 4 años como mínimo, en nuestra ciudad de Barcelona.

Esta apuesta contradice de pleno las recomendaciones establecidas por la Agencia de Salud Publica sobre la estrategia a desarrollar para reducir el trastorno por juego en la ciudad de Barcelona (Clotas C, Bartroli M, Pasarín M, 2019), que aconsejan limitar la publicidad de los juegos de apuesta, de las casas de apuestas físicas y de los espacios virtuales de juego de apuestas en línea, así como limitar su accesibilidad,. Y es que no hay que ser ningún experto/a para entender que además facilitado de acceso y mayor disponibilidad, el riesgo de que una persona se inicie en este tipo de juego y por tanto también de presentar juego patológico, son mayores. Recordamos que, según datos del Ministerio de Consumo, un 12% de los jóvenes que participa en apuestas en línea desarrolla problemas con los juegos de apuestas.

El abordaje de las adicciones sin sustancia y los niveles de incidencia actual y creciendo son un reto que requiere de mayores esfuerzos en actuaciones preventivas, una adaptación de la red asistencial y una mayor visibilización de las personas profesionales y las organizaciones. Acontece una prioridad, pues, dotar de recursos la Red de Atención a las Adicciones en todo aquello relativo a la prevención y tratamiento de las adicciones comportamentales, promoviendo servicios y programas que trabajen desde un modelo de atención comunitaria, próxima y flexible a las características y necesidades de la población adolescente y joven, y en la población adulta, así como a sus familias.

Desde la Federación Catalana de Drogodependencias, con 26 entidades miembro dedicadas a la atención y prevención de las adicciones queremos expresar nuestro rechazo y desacuerdo en que acontecimientos como estos sean por las administraciones una apuesta por el motor económico de nuestro país.

Animamos a las administraciones y entes locales a fortalecer aquellas actividades económicas que promueven y facilitan el bienestar emocional y psicológico del conjunto de la sociedad catalana, lejos de enriquecerse a expensas de las problemáticas de salud mental de la ciudadanía, garantizando así una sociedad productiva, rica y con plenas capacidades de autonomía y bienestar.

Porque las apuestas no son un juego.

FEDERACIÓN CATALANA DE DROGODEPENDENCIAS                                              31 de Enero de 2024